El viacrucis en las vialidades de la zona metropolitana
Circular por algunas vialidades de la Zona Metropolitana, ya sea en la Ciudad de México o en el Estado de México, tanto en vías primarias como secundarias, resulta un auténtico dolor de cabeza. Lo más grave del tema es que no es una situación nueva ya que administraciones van y vienen con la promesa de solucionarlo, pero la problemática sigue vigente.
Pese a que, en octubre pasado, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, anunció un ambicioso programa denominado “Bachetón”, que tendría la finalidad de lograr una ciudad libre de baches, en conjunto con los gobiernos de las 16 alcaldías, lo que mejoraría la infraestructura y movilidad de la población capitalina, la realidad tiene otros datos.
Los socavones, los baches, cuarteaduras y fracturas del concreto hidráulico, la falta de asfalto, obras inconclusas, coladeras y registros descubiertos, son tema de todos los días, que se incrementan considerablemente en época de lluvias.
Vialidades de acceso controlado como Anillo Periférico presentan serios problemas de bacheo en diferentes puntos de su trayectoria, en alcaldías como Iztapalapa, Álvaro Obregón y Miguel Hidalgo. El concreto hidráulico instalado en el Circuito Interior desde la administración de Marcelo Ebrard, en algunos puntos como el Peñón de los Baños, comienza a resentir el paso de los años con el subsecuente deterioro. Calles de colonias de las alcaldías Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Tláhuac, Milpa Alta, y hasta de Benito Juárez que pregona ser de las “mejor” conservadas, siguen con dificultades.
Ni qué decir del estado de México, que vergonzosamente presenta un panorama peor. El Anillo Periférico, en municipios como Naucalpan, Tlalnepantla o Atizapán de Zaragoza, presenta complicaciones graves que generan continuamente daños en las unidades vehiculares que por ellas circulan. La avenida Río de los Remedios, en Nezahualcóyotl, pareciera escena de un bombardeo debido a que esquivar baches es prácticamente imposible. Otras vialidades como Gustavo Baz, R1, Texcoco–Lechería o Avenida Central no se quedan atrás pues presentan problemáticas similares que generan cotidianamente percances de tránsito. Y mejor ni hablar de las calles que forman parte de municipios como Ecatepec, Tecámac, Cuautitlán Izcalli, Coacalco, Chalco o Chimalhuacán.
Aunque en esa entidad, el gobierno encabezado por Delfina Gómez puso en marcha el “Programa Emergente de Bacheo 2024”, supuestamente para mejorar la infraestructura vial en toda la entidad y responder a las demandas ciudadanas de calles más seguras y transitables, simplemente los resultados no se ven por ningún lado.
Aquí sí, las autoridades, tanto capitalinas como mexiquenses, deberían de levantar una encuesta para conocer la opinión de la población sobre los logros de ambos programas a casi un año de su implementación. Seguramente recibirían, en el mejor de los casos, quejas sobre los avances de los trabajos prometidos, y en el peor de los escenarios, hasta algunos recordatorios familiares de parte de personas que se han visto afectadas por el pésimo estado que aún guardan vialidades como las que hemos señalado. Demos el beneficio de la duda a las autoridades para que, a finales de sexenio, podamos decir que las cosas en verdad cambiaron. A ver si es cierto.
Electricidad y el gas importado
La semana pasada, la secretaria de Energía, Luz Elena González, y la titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Emilia Calleja, presentaron las Acciones para atención de la demanda de Energía en el Sistema Interconectado Nacional (SIN) que podrían resumirse en dos principales: la puesta en marcha este año de cinco centrales de ciclo combinado y cinco más en 2026 y 2027; y que actualmente se cuenta con 55,000 megawatts disponibles para evitar que se caiga en alertas por desabasto de energía.
Cabe señalar que para este sexenio se contempla una inversión total de 624 mil 618 millones de pesos para la CFE, con el objetivo de adicionar más de 29 mil megawatts de capacidad y con la meta de electrificación de 99.99% de cobertura para 2028; así como garantizar el suministro eléctrico a los polos de desarrollo y parques industriales contemplados en el Plan México. Para lograr los objetivos planteados la apuesta está centrada en las citadas centrales de ciclo combinado, que consumen gas, en la repotenciación y modernización de seis presas, más la construcción de una, y los parques fotovoltaicos de Sonora.
Las centrales de ciclo combinado tienen varias ventajas, principalmente en los tiempos más breves de construcción, en comparación de las hidroeléctricas, y que no dependen del llenado de presas, sino del abasto de gas natural. En este hidrocarburo, México ha escalado sus importaciones de gas a récords históricos: sólo en el primer trimestre de 2025, las importaciones mexicanas de gas natural estadounidense crecieron a un nuevo máximo histórico de 6,261 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd), de acuerdo con cifras de la Administración de Información de Energía (EIA, por su sigla en inglés) y lleva dos años seguidos al alza.
De su lado, Pemex tiene la meta de abatir la quema de gas y producir 5 mil millones de pies cúbicos diarios con cuatro proyectos que, en conjunto, deberán cubrir el 54% de la producción de gas. La duda es si la petrolera logrará el objetivo o por lo menos con alcanzar una producción significativa que reduzca la cantidad de gas importado y, no sólo eso, que lo logre a precios en que resulte mejor opción la producción local que comprarlo al vecino del norte.
Afortunadamente, CFE no está a la espera de que Pemex resuelva sus serios problemas para que logre sus metas. Recién entró en operaciones el gasoducto del Sur de Texas–Tuxpan, realizado en conjunto por CFE y la canadiense TC Energy, que continuarán con el gasoducto Puerta del Sureste, de Tuxpan hasta Paraíso, Tabasco, y de ahí el gasoducto Mayakán, ahí en colaboración con la francesa Engie, que llegará a abastecer a las centrales Mérida IV y Riviera Maya.
El panorama tiene varias áreas de oportunidad, probablemente no es el idóneo, pero tampoco se ven potenciales eventos como las interrupciones eléctricas graves que han sufrido Chile y España este año, por no hablar de los recurrentes apagones en Cuba.
La nueva arquitectura del poder en México
México inicia la semana con una serie de leyes y reformas que darán un nuevo rostro al país, la mayoría de ellas muy cuestionadas por un debate que brilló por su ausencia, la abierta nulificación de las posturas opositoras y su clara tendencia hacia los intereses de la Cuarta Transformación.
Quizá la que despierte más dudas sea la de la CURP biométrica. Un sistema que ofrece muchas ventajas pero que también entraña grandes riesgos potenciales. Si bien evita la suplantación de identidad, reduce fraudes, facilita trámites y servicios digitales e incluso fomenta la inclusión financiera, también es cierto que en un país en donde la ciberseguridad esta por los suelos y en donde las bases de datos se ofrecen al mejor postor, es prácticamente un suicidio. Hoy muchos de los delitos digitales se resuelven cambiando una contraseña, los datos biométricos nos acompañan hasta la muerte.
La nueva Ley de la Guardia Nacional, también ha sido muy criticada desde sus orígenes, cuando la izquierda cuestionaba la transición del poder civil al militar en tareas de seguridad pública. Paradójicamente correspondió a Andrés Manuel López Obrador, su principal denostador, impulsar el traspaso al mando castrense. Por muchos visto como una involución que denuncia que sin controles civiles eficaces ni contrapesos parlamentarios se corre el riesgo de normalizar un gobierno regido por una lógica militar.
La Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión no está excénta de polémica. La nueva ley no abroga explicitamente la ley vigente por lo que técnica y legalmente, ambas estarán activas mientras se realiza el proceso de transición institucional. Problemas se avecinan muchos; confusión regulatoria por disposiciones contradictorias entre ambas leyes; vacíos legales temporales; incertidumbre judicial y un reconfiguración institucional –mientras se crea y se estructura la nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones- sobre la marcha.
Pocos tienen duda de que a partir de esta semana la pobreza empezará a reducirse a pasos agigantados. La desaparición –o transformación- del CONEVAL, el organismo autónomo encargado de medir esa variable, así como evaluar los programas sociales y sus funciones, habrán de ser tomadas por el INEGI, un órgano que produce estadísticas, realiza censos, encuestas y genera bases de datos, pero que a diferencia del CONEVAL no evalúa políticas sociales ni mide los niveles de pobreza con base en metodologías complejas y transparentes.
Pero no son estos los únicos cambios, muchos otros apuntan a una transformación que pretende ser duradera no solo en términos administrativos, sino en la forma en que el Estado se concibe a sí mismo: más centralizado, con mayor control del Ejecutivo sobre áreas estratégicas como la seguridad, las telecomunicaciones y la política social con la clara intención de redefinir las reglas del juego democrático, una reingeniería del Estado con implicaciones de largo alcance para la transparencia, la rendición de cuentas y el equilibrio de poderes.
5 tips para evitar el stresslaxing en vacaciones de verano
En tiempos donde desconectarse parece un lujo y no un derecho, el descanso laboral enfrenta una paradoja inquietante: para muchas personas, relajarse también genera ansiedad. Este fenómeno, conocido como stresslaxing, se manifiesta justo cuando debería ocurrir lo contrario: en vacaciones o fines de semana, surgen pensamientos intrusivos sobre el trabajo, culpa por “no ser productivo” y una inquietud constante que impide disfrutar del tiempo libre. El problema no es solo individual; vivimos en una cultura que glorifica la ocupación constante y desvaloriza el descanso, a pesar de que este es esencial para la salud mental, la motivación y la creatividad.
Frente a este desafío, la bolsa de trabajo digital Computrabajo comparte cinco recomendaciones que invitan a resignificar el descanso, planificarlo como parte de la productividad, establecer límites digitales claros, practicar actividades que verdaderamente relajen, comunicar las propias necesidades de desconexión y, sobre todo, replantear la noción de éxito.
Como señala Alejandra Martínez, responsable de Estudios de Mercado Laboral de la plataforma, “el tiempo libre no solo previene el burnout, también fortalece los lazos personales y eleva el compromiso profesional”. En un entorno laboral cambiante, aprender a descansar bien es tan estratégico como saber trabajar.
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