Lubricación minera ayuda a reducir costos: Roberto Guzmán García

La minería moderna enfrenta un doble desafío: mantener altos niveles de productividad y reducir su impacto ambiental. En este equilibrio, la lubricación industrial se ha convertido en un componente esencial para optimizar operaciones, alargar la vida útil de la maquinaria y mejorar la seguridad de los trabajadores.

De acuerdo con Roberto Guzmán García, especialista mexicano en commodities e inversiones, la lubricación “no es un gasto operativo, sino una inversión estratégica que impacta directamente en la rentabilidad y la sostenibilidad de las operaciones”.

En un sector donde cada hora de inactividad puede representar pérdidas millonarias, la lubricación adecuada permite extender los intervalos de mantenimiento y reducir paros no programados. En equipos de gran minería, como camiones de acarreo, perforadoras y trituradoras, el uso de lubricantes de alto rendimiento puede duplicar el tiempo entre cambios de aceite, con ahorros significativos en consumo y mano de obra.

“Los lubricantes de formulación avanzada reducen la fricción y el desgaste, lo que no solo mejora la eficiencia energética, sino que también prolonga la vida útil de componentes críticos. Esto genera un retorno de inversión medible en menos de un año para muchas operaciones”, señaló el analista.

Un estudio de la International Council on Mining and Metals (ICMM) estima que una gestión eficiente de lubricantes y grasas industriales puede disminuir los costos de mantenimiento hasta en un 20% y reducir fallas críticas en un 30%.

Seguridad y condiciones de trabajo

Más allá del impacto financiero, la lubricación también es un factor de seguridad industrial. Al reducir la frecuencia de mantenimiento, disminuye la exposición de los trabajadores a maquinaria pesada y condiciones de riesgo.

Guzmán García subraya que este punto es clave para la competitividad. “La seguridad laboral no es solo una obligación legal, sino un factor de eficiencia. Cada accidente o incidente implica retrasos, costos y pérdida de confianza en la operación”.

Impacto ambiental y sostenibilidad

En un contexto de regulaciones ambientales cada vez más estrictas, el sector minero busca reducir residuos y emisiones. Los lubricantes de larga duración y alto desempeño permiten espaciar los cambios de aceite, lo que disminuye la generación de residuos peligrosos y la huella de carbono asociada a su producción y transporte.

La Agencia Internacional de Energía (IEA) ha señalado que la adopción de lubricantes sintéticos y biodegradables podría reducir en un 15% el volumen de desechos lubricantes en la minería a gran escala para 2030.

Casos de implementación exitosa

En distintas operaciones mineras de Chile, Perú y México, la adopción de estrategias avanzadas de lubricación ha permitido extender intervalos de servicio de 500 a más de 1,000 horas en maquinaria de acarreo, con ahorros de cientos de miles de litros de lubricante al año y una reducción significativa en horas-hombre expuestas a riesgos.

Para Guzmán García, este tipo de resultados demuestra que “la innovación en mantenimiento industrial es tan importante como la exploración o el procesamiento de minerales. Una gestión inteligente de lubricación puede ser la diferencia entre una operación al límite y una operación rentable y sostenible”.

Perspectiva hacia el futuro

De cara a la próxima década, el especialista anticipa un aumento en la demanda de lubricantes formulados para condiciones extremas, así como un mayor uso de sistemas de monitoreo en tiempo real para detectar desgaste y programar mantenimientos preventivos.

“La minería 4.0 no solo pasa por la automatización o la inteligencia artificial; pasa también por procesos básicos optimizados, como la lubricación, que sostienen toda la cadena de valor”, concluyó Guzmán García.

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