El desafío de superar la procrastinación en las organizaciones

La procrastinación, definida como el hábito de postergar o retrasar tareas importantes, tiene un impacto significativo en la vida personal; y cuando este comportamiento se traslada al entorno empresarial, repercute de manera negativa en el crecimiento y éxito de los negocios, así como en el desarrollo profesional de las mujeres que buscan abrirse camino como emprendedoras o empresarias.

En México, el 61% de las personas procrastinan tareas con frecuencia, y cerca del 20% lo hacen de manera crónica. Esta actitud no solo reduce la productividad, sino que genera altos niveles de estrés, ansiedad y dificulta la toma de decisiones cruciales.

Suscríbete a Mundo Ejecutivo para leer contenido exclusivo y recibir beneficios

Procrastinación de tareas

Aunque la procrastinación suele presentarse tanto en hombres como en mujeres, son ellas quienes suelen postergar más tareas al experimentar altos niveles de estrés y presiones relacionadas con la combinación de labores empresariales, domésticas y de cuidado familiar, que implican una sobrecarga de responsabilidades, propiciando la postergación de tareas empresariales por falta de tiempo o energía.

Diversas investigaciones refieren que el estrés y la ansiedad que generan ciertas tareas, pueden contribuir a postergarlas, y buscar otras que resulten más placenteras o motivantes.

Este hábito también puede crear un círculo vicioso ya que cuanto más se retrasan las tareas, las personas pueden sentirse más abrumadas, estresadas y ansiosas, con una sensación constante de agobio por lo que han dejado pendiente, lo que agrava aún más el problema.

Descarga completo el nuevo número la revista Mujer Ejecutiva con Martha Herrera en la portada

La procrastinación y su impacto en los negocios

En el caso de las mujeres empresarias o que se desempeñan en puestos de liderazgo, este hábito puede frenar el progreso de su negocio y causar un menor posicionamiento frente a la competencia.

Y es que postergar ciertas tareas o la toma de decisiones las puede llevar a perder oportunidades importantes que otros competidores pueden aprovechar; así como retrasar proyectos clave, disminuir la productividad de la empresa, e incluso puede afectar su reputación al ser percibidas como poco o nada confiables o comprometidas.

 Adicionalmente, cuando la procrastinación se vuelve una práctica común en las organizaciones, puede erosionar la cultura corporativa, limitar la innovación, causar que las estrategias de negocio fracasen, y que los recursos económicos no se aprovechen correctamente o que los gastos del negocio se incrementen.

Procrastinación en el emprendimiento femenino

Cabe mencionar que las emprendedoras enfrentan una serie de desafíos estructurales para comenzar un negocio, como acceder a financiamiento, redes de apoyo y capacitación tecnológica; y la procrastinación puede ser un freno adicional.

Un informe sobre emprendimiento femenino del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), muestra que el 41% de las emprendedoras mexicanas experimentan miedo al fracaso, lo que puede alimentar la procrastinación, al generar inseguridad e incertidumbre en torno al futuro de su proyecto.

Sumado a esto, ellas tienen 10% más probabilidades que los hombres, de que el miedo las lleve a retrasar su decisión de iniciar o continuar un negocio.

Según el informe Mujeres al mando, realizado por Contpaqi, el 27% de las mujeres suelen tardar seis meses en decidirse a arrancar su negocio, un 23% un año y el 14% de tres a cuatro meses, procrastinando así sus proyectos personales.

Por otra parte, cuando las líderes procrastinan, los integrantes del equipo pueden sentirse desmotivados o mostrar falta de compromiso, lo que repercute en la innovación.

Asimismo, en un mercado altamente competitivo, la procrastinación recurrente de tareas cruciales como la búsqueda de financiamiento, el desarrollo de productos, la implementación de nuevas tecnologías o retrasar la capacitación, puede dejar a estos negocios en desventaja, afectar su viabilidad y crecimiento.

Al posponer decisiones o acciones estratégicas, se pueden perder oportunidades importantes como establecer alianzas que ayuden a generar mayores ingresos, o mejorar procesos internos para elevar la competitividad, y en el peor de los casos, puede propiciar el cierre temprano de los emprendimientos.

La procrastinación es un freno que impacta negativamente la salud emocional y el éxito de las mujeres que emprenden.

Superar esta conducta requiere de compromiso, constancia, y un enfoque integral que incluye:

Capacitación para la gestión del tiempo y las emociones

Fortalecer las habilidades emprendedoras y el acceso a coaching que brindan orientación y apoyo personalizado

Establecer metas alcanzables

Crear flujos de trabajo eficientes y priorizar tareas

Desarrollar estrategias que permitan superar la procrastinación

Síguenos en Google Noticias para mantenerte enterado

El cargo El desafío de superar la procrastinación en las organizaciones apareció primero en Mundo Ejecutivo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *