Rocío Nahle, la tormenta “perfecta”
Sin ser ni el personaje más carismático ni el más popular, Rocío Nahle alcanzó la gubernatura de Veracruz por su lealtad al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador. De nada valió el argumento de no ser oriunda de esa entidad (nació en Zacatecas), ni su pésimo trabajo en el desarrollo de la refinería de Dos Bocas, ni siquiera las acusaciones de corrupción y conflicto de intereses que pesaron en su contra. La voluntad del Ejecutivo allanó todos los caminos para que, junto con sus partidos aliados, Morena le entregara el “bastón de mando” en el estado.
Las consecuencias hoy salen a relucir. El pésimo manejo en la gestión de las lluvias de las últimas semanas puso al descubierto su inoperancia; una falta de previsión absoluta en una época en que la tecnología permite anticipar con un alto grado de precisión los efectos de los fenómenos meteorológicos.
El resultado: una falta de evacuación efectiva, alertas limitadas y una descoordinación total entre la federación y el estado (reportes periodísticos señalan que ni siquiera se encontraba en Veracruz cuando ocurrió la crisis, haciendo caso omiso a las llamadas de la presidenta Claudia Sheinbaum).
Ciertamente la humildad nunca ha sido una de sus características, lejos de reconocer los fallos, la gobernadora minimizó las críticas responsabilizando a las “lluvias” por una tragedia que se pudo prever aplicando simplemente los protocolos de protección civil. Treinta y cuatro personas perdieron la vida, pero pudieron ser mucho menos.
Los veracruzanos, particularmente los de la zona norte en donde se desbordó el río Cazones, se encuentran muy enojados. En muchos municipios la ayuda se ha limitado a bebidas rehidratantes, paquetes básicos de despensa y agua embotellada, por lo que los escombros y las casas inundadas de lodo muestran la realidad tras la tormenta.
La gobernadora asegura que el fideicomiso para la reconstrucción de los 38 municipios afectados dispondrá de al menos mil millones de pesos en un proceso que podría llevarse dos años, pero ya sabemos que ni las sumas ni los tiempos son el fuerte de Nahle como demostró en la construcción de la refinería Olmeca.
Hay voces que reclaman la renuncia de la gobernadora. Cabe señalar que la figura legal de revocación de mandato sí existe en Veracruz, aunque está atrapada en un limbo normativo que exige armonización legislativa; solo entonces podría abrirse una ruta institucional para su salida anticipada.
Veracruz navega sin capitán en el momento en que más lo necesita. La tormenta ya pasó, pero el verdadero naufragio podría estar apenas comenzando.
Encuesta nacional de seguridad: sigue el miedo
Tal parece que la percepción de inseguridad en Culiacán no cambiará pronto. Al menos así lo señalan los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), correspondientes al tercer trimestre del año, que volvieron a ubicar a la capital de Sinaloa como el área urbana con mayor porcentaje de personas que consideraron que vivir en su ciudad era inseguro.
Quizá fue mera casualidad o tal vez porque sabía por dónde venía la información de la ENSU, pero el coordinador del gabinete de seguridad federal, Omar García Harfuch, durante su comparecencia en el Senado, no dio detalles de las acciones realizadas en Sinaloa y se concretó a una escueta mención de acciones de prevención y patrullaje en esa ciudad, así como en Mazatlán.
El caso es que la violencia en Sinaloa continúa. Pese a que en las últimas semanas las cosas se habían tranquilizado un poco, el miércoles se reportaron en la entidad 14 homicidios, 11 de ellos en Culiacán, además de seis desapariciones denunciadas, de acuerdo con datos de la Fiscalía estatal.
En más del sondeo nacional, llama la atención la inclusión de Irapuato y Cuernavaca en el Top 5 de las poblaciones cuyos habitantes muestran mayor temor a vivir. La capital mundial de las fresas se ubicó en la nada agradable segunda posición, mientras que la ciudad de la eterna primavera se situó en el quinto lugar, al tiempo en que Ecatepec de Morelos descendió del segundo al cuarto puesto de la desafortunada lista.
En contraparte, San Pedro Garza García en Nuevo León, Piedras Negras en Coahuila y Benito Juárez en la Ciudad de México se mantuvieron sin cambios como las zonas urbanas en las que sus habitantes se sienten más seguros.
Otro dato que también sorprende es que Los Mochis, Sinaloa, se ubicó en la cuarta posición de las cinco localidades con mayor percepción positiva, seguida de San Nicolás de los Garza, Nuevo León.
Aunque el combate a la delincuencia organizada en el país refleja un evidente cambio de timón, a diferencia de la funesta administración de los abrazos no balazos, no se vislumbra que en el corto plazo haya una modificación significativa en la percepción que la población tiene sobre la inseguridad en diversas zonas de la República Mexicana que se han caracterizado en los últimos años por su alta incidencia delictiva como son Sinaloa, Michoacán, Estado de México, Guanajuato, Guerrero y Morelos.
La escalada colombiana
Este miércoles, Estados Unidos atacó una lancha más, con saldo de dos muertos, la octava desde el 2 de septiembre que se desplegaron buques de ese país en el Caribe, y la primera que no ocurre en ese mar, frente a las costas de Venezuela, sino en el Océano Pacífico, frente a las costas colombianas, extendiéndose las acciones militares a la principal ruta de tráfico de drogas, precisamente por el Pacífico.
Se trata de un hecho que se suma a otros de la ruptura entre Estados Unidos y Colombia: el 25 de septiembre le fue revocada la visa estadounidense al presidente de Colombia, Gustavo Petro, luego de que participó en una marcha pro Palestina en Nueva York; el 5 de octubre, las fuerzas estadounidenses hundieron una embarcación que Petro identificó como colombiana, exhortando a familiares de la tripulación a aparecer y denunciar. Diez días después, fue destruido un semisumergible del cual sobrevivieron dos personas que fueron repatriadas a Colombia y Ecuador.
El viernes pasado, los militares estadounidenses hundieron otra lancha con saldo de tres muertos, y que el secretario de Guerra, Pete Hegseth, afirmó que tenía nexos con el Ejército de Liberación Nacional, lo cual negó el grupo guerrillero colombiano. El domingo, Trump anunció que se suspenderán pagos y subsidios a Colombia argumentando que Petro no hace nada para detener el tráfico de drogas e identificándolo como “líder de drogas ilegales”. Y de ahí, al ataque en el Pacífico.
La escalada colombiana es ejemplo de lo fácil y rápido que se puede complicar el escenario donde ya se actuó contra embarcaciones que presuntamente traficaban drogas proveniente de Colombia, ya se anticipan acciones unilaterales contra los cultivos de droga en su territorio, lo que Petro interpreta como un amago de invasión, colocándose en la misma situación que su país vecino. Tampoco hay que descartar que la arremetida de Trump tenga motivos políticos: Colombia tiene elecciones presidenciales en el primer semestre de 2026, no hay un régimen dictatorial como el venezolano, y el deterioro en la relación bilateral con amenaza de invasión sumado a la fuerza de la derecha colombiana -que ha sido sumamente hostil a la actual administración-, puede ser el fin del primer gobierno de izquierda en el país.
Aunque hay diferencias, principalmente por las imprudencias de Petro, no es un escenario lejano a México: son factibles y potenciales tanto un ataque en aguas internacionales frente a costas mexicanas a una embarcación que Estados Unidos identifique que transporta droga, así como operaciones militares estadounidenses contra objetivos del narcotráfico en territorio mexicano. A diferencia del presidente colombiano, la presidenta Claudia Sheinbaum no se ha enganchado con las declaraciones de Trump, y las elecciones presidenciales en México son hasta 2030, aunque en Estados Unidos están las intermedias del siguiente año y, en ese caso, la motivación política podría ser interna, para mantener la mayoría absoluta en el Congreso.
Score Crediticio: inclusión financiera soportada en datos
La inclusión financiera no se logra solo abriendo más opciones de acceso a instrumentos financieros. Se construye con datos, decisiones informadas y productos alineados con la realidad de quienes los necesitan. En un país donde más de la mitad de la población económicamente activa trabaja en la informalidad, el Score Crediticio emerge como un indicador clave.
Para los otorgantes, representa una ventaja competitiva ya que les permite ampliar su base de usuarios, gestionar el riesgo con mayor precisión y diseñar ofertas sostenibles. Para los usuarios, es una oportunidad de ser reconocidos como sujetos de crédito por su comportamiento financiero, aunque no esté respaldado por documentos tradicionales.
Círculo de Crédito, el buró de crédito, promueve octubre como el mes del Credit Score, con el objetivo de fomentar su consulta, conocer su interpretación y fomentar el uso responsable del crédito. La inclusión no es solo cuestión de acceso; debe ir de la mano de una estrategia sólida, visión y compromiso a largo plazo.
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