Fracking en México, ¿en este sexenio?
Estados Unidos es el principal productor de petróleo y gas a nivel mundial desde 2017 y, a su vez, Texas es el mayor productor de dichos hidrocarburos en la Unión Americana. Clave en este boom energético ha sido la explotación de los yacimientos de Eagle Ford y de la Cuenca Pérmica, principalmente mediante el fracking o fracturación hidráulica, el cual consiste básicamente en inyectar a alta presión una mezcla de agua, químicos y arena para fracturar y separar las rocas para que el petróleo y gas puedan fluir por los ductos. Dicha tecnología ha sido motivo de cuestionamientos debido a posibles daños ambientales, particularmente en mantos acuíferos, tierras para siembra y del aire por las emisiones de metano, así como motivo de sismos.
Los yacimientos de Eagle Ford y de la Cuenca Pérmica no conocen fronteras y llegan hasta Tamaulipas y Coahuila, respectivamente, con las llamadas cuencas Tampico-Misantla, Veracruz, Sabinas y Burgos. La diferencia es que, mientras del otro lado de la frontera proliferan los pozos de extracción, del nuestro no hay tales, aunque el 91 por ciento del gas que se importa de Estados Unidos proviene de Texas.
Cabe señalar que no hay impedimento legal alguno para aplicar el fracking en la explotación de hidrocarburos en México. En el sexenio pasado, López Obrador se manifestó en contra de su uso y en su último año de gobierno envió una iniciativa para garantizar el derecho a un medio ambiente sano, a la alimentación y al agua, la cual incluía prohibir la minería a cielo abierto y el fracking con agua como fluido base. La iniciativa quedó pendiente.
En el Plan Estratégico 2025-2035 de Pemex presentado en agosto pasado, sin mencionarlo como fracking, se contempla la explotación de petróleo y gas en yacimientos de “geología compleja” y “yacimientos de baja permeabilidad” -precisamente los señalados de Tamaulipas y Coahuila-, donde necesariamente se necesita la fracturación hidráulica. Sin embargo, en el caso de la región contemplada de Tamaulipas, se encuentra con varias poblaciones que complican su implementación, mientras lo contrario sucede en Coahuila, con menor densidad poblacional aunque, desde ya, hay manifestaciones en contra del fracking.
A los problemas que ya tiene, Pemex suma otros retos con el fracking: primero, elegir la tecnología de fracturación con químicos biodegradables, que existen y extraer de yacimientos profundos para no afectar acuíferos; segundo, comunicar eficazmente la necesidad de extraer los hidrocarburos mediante fracking si se quiere aumentar la producción y no depender del gas que sí extraen nuestros vecinos a unos metros del otro lado de la frontera; y tercero, el más difícil, la decisión política de la presidenta Claudia Sheinbaum de ir en contra del compromiso de su antecesor ¿Se podrá?
Trump, el aprendiz
A poco más de diez meses de iniciado su segundo mandato, Donald Trump gobierna un país donde la economía resiste, el comercio con México alcanza niveles históricos y, sin embargo, su propio capital político se desgasta. Su aprobación –que comenzó por encima de 45%–, hoy oscila entre 37% y 39% de acuerdo con promedios de encuestadoras nacionales como Gallup y Pew Research Center. No es que esté colapsando, pero sí se detecta una erosión constante que refleja un mandato que lucha por prevalecer muy distinto al que prometió durante su campaña.
Uno de los factores centrales del desgaste presidencial ha sido su política arancelaria. Aunque el crecimiento anual se mantiene alrededor del 2%, análisis del Congressional Budget Office (CBO) y de institutos independientes estiman que las nuevas tarifas han añadido entre 0.6 y 1 punto porcentual adicional a la inflación.
Más de 52% de los estadounidenses considera que los precios suben “a causa de las guerras comerciales”, de acuerdo a Pew Research, y no es que les falten argumentos: los aranceles sobre acero, aluminio, maquinaria y algunos alimentos afectan directamente los costos de producción y consumo.
La narrativa de la Casa Blanca de que se trata de una estrategia para “proteger las fuentes de trabajo” para sus ciudadanos se desvanece frente a los números del Bureau of Labor Statistics (BLS) que revelan que la creación de empleos manufactureros está estancada desde abril, y que sectores como maquinaria pesada y electrónica muestran contracción.
Los afanes de Trump para esconder la basura debajo de la alfombra, tampoco es que lo hayan ayudado mucho. El caso Epstein se encuentra en medio del debate público a la expectativa que el presidente, cumpla con el mandato del Congreso de hacer públicos los archivos que podrían incriminarlo en un “selecto” club que compraba el “cariño” de menores de edad; un círculo al que pertenecía el príncipe Andrés de Gran Bretaña y que a la postre le costó sus títulos nobiliarios. La reputación de Trump está en entredicho y no está haciendo lo suficiente para remediarlo.
Otro de los temas de debate es su política migratoria. Las cifras del U.S. Custom Border Protection (CBP) hablan que durante septiembre las detenciones superaron las 205 mil, un incremento de 12% respecto al mismo periodo del año anterior. Sus electores lo celebran sin reservas, pero más allá de ese núcleo la percepción es negativa por la violación a los derechos humanos frente a resultados que no son tan espectaculares como prometió; otra vez de acuerdo a Pew Research Center, el 57% de los estadounidenses considera que su presidente no tiene una estrategia clara, que castiga pero que no controla.
Finalmente, México resultó más importante para la Unión Americana de lo que concibió Trump, pese a su política arancelaria nuestro país se convirtió hace unas semanas en su principal socio comercial en ambos sentidos, según el Wilson Center, más de seis millones de empleos estadounidenses dependen de México. Esta interdependencia hace que Trump no pueda escalar una guerra comercial sin darse un balazo en el pie.
Trump 2.0 no está navegando con el viento a favor: gobierna contra la marea. Después de todo, ¿quién puede decir diez meses después que hoy América es tan grande como prometió?
Marchas de la Generación Z: intento fallido
Todo parece indicar que la fórmula utilizada para ocupar las protestas de la llamada Generación Z con otros fines fracasó, después de lo ocurrido el pasado 15 de noviembre en que un considerable número de asistentes se manifestó como se tenía previsto, pero al llamado se anexaron otros grupos que terminaron por darle al traste al verdadero origen de la manifestación.
Se tuvo un primer antecedente el 8 de noviembre en que fue convocada una movilización a la que no asistieron más de 300 personas. En ese momento, la protesta fue pacífica y no tuvo mayores contratiempos.
Sin embargo, siete días después se realizó la movilización que partió del Ángel de la Independencia hasta el Zócalo capitalino, donde se presentaron diversos incidentes de violencia y enfrentamientos entre manifestantes y policías que dejaron cientos de lesionados entre uniformados y civiles, así como decenas de detenidos, de los cuales 13 fueron vinculados a proceso, cuatro por tentativa de homicidio.
Después se convocó a una tercera marcha el pasado 20 de noviembre, pero la asistencia, derivado de lo ocurrido el sábado anterior, fue significativamente menor ya que no ascendió ni siquiera a 200 personas, además de que coincidió con el desfile conmemorativo del Día de la Revolución Mexicana, motivo por el cual la Policía impidió el paso de manifestantes hacia la Plaza de la Constitución.
Aunque hubo esfuerzos de grupos de oposición por querer posicionar la narrativa sobre un gobierno represor, revocación de mandato y corrupción de la actual administración, no tuvieron el éxito que hubieran esperado, con todo y la intervención de un reportero quien cuestionó a la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, durante una conferencia de prensa en Washington, al señalar una supuesta represión y la persecución política del empresario Ricardo Salinas Pliego.
Sobre el particular, la portavoz muy diplomática y hábilmente no se dejó llevar por la inercia de la pregunta concretándose a responder que la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum ha tenido una colaboración histórica en materia de seguridad, además de puntualizar que sólo podía hablar en representación del presidente, más no por los medios de comunicación.
Así es de que, al menos por ahora, no prosperó el intento de quienes pretendieron posicionar el discurso sobre el supuesto hartazgo masivo de jóvenes de la Generación Z en contra del gobierno federal. Ni partidos, ni empresarios ni otros grupos que se montaron en la protesta tuvieron suficiente punch para fortalecer esa narrativa y lejos de eso, solo se presentaron desmanes que le restaron legitimidad al fin original.
La sostenibilidad como punto de encuentro entre empresas y talento
La sostenibilidad laboral ha dejado de ser un concepto aspiracional para convertirse en un nuevo marco de referencia en la relación entre empresas y talento. Ya no se trata de acumular iniciativas dispersas, sino de entender cómo estas prácticas fortalecen el bienestar, la productividad y la permanencia de las personas.
La reciente encuesta de OCC, la bolsa de trabajo en línea líder en el país, confirma que el tema ya forma parte de la conversación pública: más de la mitad de los participantes afirma conocer con claridad qué implica la sostenibilidad en el empleo; el concepto dejó de ser ajeno para transformarse en una expectativa concreta entre los trabajadores.
Sin embargo, los resultados también revelan que las organizaciones están en fases distintas de adopción. El 26% de los encuestados considera que la sostenibilidad ya forma parte de la cultura de su empresa, mientras que otros perciben avances, pero implementados de manera parcial o irregular. Esto no debe interpretarse como un rezago, sino como una transición natural: las compañías están probando qué estrategias funcionan según su contexto, su sector, la realidad de sus equipos de trabajo y sus recursos.
Uno de los hallazgos más relevantes es la claridad con la que los trabajadores identifican los beneficios de avanzar hacia prácticas más sostenibles. Hablan de ambientes más sanos y seguros, mejores condiciones de salud, oportunidades de crecimiento, sentido de pertenencia y mayor motivación, elementos que no solo elevan el bienestar individual, sino que fortalecen el compromiso, la productividad y reducen la rotación.
El estudio también identifica los desafíos que enfrentan las organizaciones: mejorar el liderazgo, mejorar la comunicación interna, establecer lineamientos claros y fomentar la participación de los equipos. Lejos de ser obstáculos, estos puntos representan una oportunidad para consolidar una cultura sostenible; la discusión ya no se limita al cumplimiento normativo o a los beneficios tradicionales, sino a cómo alinear las necesidades de las personas con los objetivos estratégicos de cada empresa.
La encuesta retrata un momento de cambio, ya que las empresas están incorporando nuevas prácticas, evaluando su impacto, aprendiendo de sus equipos y ajustando sus procesos. Los trabajadores identifican qué valoran y qué los hace sentirse parte de un proyecto a largo plazo. Ese encuentro entre expectativas y acciones es, en sí mismo, un síntoma de avance.
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El cargo Fracking en México, ¿en este sexenio? apareció primero en Mundo Ejecutivo.
