Venezuela: una guerra silenciosa acecha
Desde hace ya algunas semanas, Estados Unidos inició una guerra no declarada contra Venezuela. No se trata de una guerra convencional sino una de bajo perfil encaminada a aislar al régimen de Nicolás Maduro, una sentencia que condena a la mayoría de los ciudadanos de esa nación sudamericana a vivir en una especie de embargo similar al que ha sufrido Cuba durante ya varias décadas.
Lo que comenzó como un incremento en la retórica entre Washington y Caracas ha ido tomando cuerpo en una serie de movimientos concretos. La tensión no es hipotética: riesgo, aislamiento y un clima prebélico, algo que nadie se atreve a mencionar por su nombre pero que se refleja en el mudo silencio de la gente, en el miedo que se respira en el ambiente.
Los mercados de predicción, que funcionan como termómetros del sentimiento global, llevan semanas insinuando que la probabilidad de un enfrentamiento es más que un rumor. Plataformas como Polymarket le asignan una posibilidad de 54%. Estos mercados, alimentados por miles de personas dispuestas a apostar dinero a probabilidades futuras, involucran cantidades significativas y con definiciones precisas (“uso de la fuerza directa”, “entrada física de tropas”) lo que, por lo menos, en la percepción de la gente, llevaría a suponer que una intervención no estaría muy lejos de la realidad.
Desde la Casa Blanca se alimenta la narrativa del terror. La FAA, la autoridad aeronáutica de Estados Unidos emitió una alerta de “potenciales riesgos a todas las altitudes” al volar sobre Venezuela, citando actividad militar intensificada y fallas deliberadas o accidentales en los sistemas de navegación satelital.
Al menos siete aerolíneas internacionales suspendieron sus rutas a esta nación caribeña: Iberia, TAP, Avianca, Gol, LATAM, Caribbean Airlines y Turkish Airlines son las primeras de una lista que habrá de ir engrosando conforme pasen los días. Algunas cancelaron cinco vuelos semanales; otras suspendieron rutas enteras que conectaban Caracas con Bogotá, Sao Paulo o Lisboa. Venezuela, que ya de por sí funcionaba con una conectividad aérea muy limitada desde 2019, ha perdido de golpe una buena parte de los enlaces que la mantenían hasta ahora vinculada con el resto del mundo.
La suspensión de vuelos no es una simple medida técnica: forma parte de un aislamiento progresivo, un cerco silencioso que funciona con otro tipo de artillería, uno que asfixia sin disparar un solo proyectil. Cada ruta suspendida reduce el flujo de divisas, limita el comercio y deja a miles de familias sin opciones para viajar o recibir remesas.
La exclusión también se vuelve diplomática cuando se cataloga al país como inseguro, impredecible, intransitable: un lugar en donde la movilidad se vuelve un privilegio y no un derecho.
La ofensiva ya está en marcha, una guerra mediática en la que el miedo es el arma letal que día con día deja muertos en vida a millones de venezolanos.
Retos de los ferrocarriles en México
México cuenta con el sistema ferroviario de carga más importante de Latinoamérica, con el 45 por ciento de la carga general ferroviaria transportada en la región; ocupa el lugar 12 a nivel mundial y forma parte del sistema ferroviario de carga más importante a nivel mundial, completamente integrado entre Canadá, Estados Unidos y México, con la misma tecnología, mismos sistemas y la misma regulación.
Vianey de la Mora, directora General de la Asociación Mexicana de Ferrocarriles (AMF), estuvo en el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) para hablar de los retos del ferrocarril mexicano, identificando cinco en carga, destacando dos: la necesidad de agilizar la digitalización en procesos de aduanas, pues se trata de papeleo que actualmente se realiza a mano, lo cual es un retraso considerable para un tren que puede llevar decenas de carros y cada uno con mercancía diferente. El otro es la inequidad que existe en la regulación del transporte ferroviario respecto al autotransporte y que le da ventajas a este último para operar, particularmente porque hay una mayor supervisión sobre los ferrocarriles que sobre los vehículos de transporte de carga, lo cual es fundamental atender, tanto por el transporte multimodal como para superar el estancamiento de la participación del ferrocarril en 25% del mercado de carga terrestre.
Los otros retos que enfrenta el ferrocarril de carga, son los bloqueos a las vías, por lo que las empresas han elaborado un protocolo para generar un proceso cuando se suscité; desarrollar un plan de sucesión y capacitación en el sector, es decir, preparar nuevo personal especializado; en cuanto a robo y vandalismo, aunque las empresas generan mapas de calos de los puntos más sensibles, se tienen 13 mil eventos de robo y vandalismo al año.
Respecto al transporte de pasajeros, el principal reto identificado por la directora general de la asociación ferroviaria está en contar con los especialistas en materia tecnológica, coordinación general, capacitación y regulación para un proyecto tan grande como el que se tiene de 3 mil kilómetros de ferrocarriles para pasajeros en el presente sexenio. Por su parte, especialistas del Colegio de Ingenieros Civiles de México identificaron como desafío central asegurar la sustentabilidad económica de los nuevos servicios, que requieren subsidios y eficiencias operativas para mantenerse a largo plazo.
Los retos no son fáciles, pero la Asociación Mexicana de Ferrocarrilles que encabeza Vianey de la Mora y el Colegio de Ingenieros Civiles de México, ya trabajan en la parte que le corresponde.
A surcar los mares nuevamente… lejos de la mezquindad política
Dicen que después de la tormenta viene la calma, y eso pareciera ser lo que ocurrió luego del incidente del buque escuela Cuauhtémoc, acontecido en mayo pasado en el puente de Brooklyn, en Nueva York, donde dos tripulantes perdieron la vida y cerca de 20 más resultaron con heridas.
El pasado fin de semana, el velero insignia de la Secretaría de Marina, regresó entre aplausos y expresiones de reconocimiento, a la escena pública en el puerto de Veracruz, después de ser sometido a reparaciones con motivo del percance.
Antes de eso, su tripulación fue sometida al escrutinio público, en medio de un vendaval político, que buscó hacer leña del árbol caído con fines mezquinos que sin respetar la honorable trayectoria que ha tenido por años esa embarcación, únicamente buscó desvirtuar a la actual administración, so pretexto del choque con la estructura de piedra y acero.
Los trabajos de reacondicionamiento del recién llamado Crucero de Instrucción Consolidación de la Independencia de México 2025, que tuvieron lugar en un astillero de la localidad estadounidense, permitieron en menos de seis meses que el buque regresara a nuestro país, luego de recorrer cuatro mil 415 millas náuticas.
Ahora solo hace falta esperar el dictamen que emitan las autoridades estadounidenses, el cual nos permitirá conocer qué fue lo que ocurrió en realidad, seguramente ocasionado por un tema operativo, pero nunca político como personajes de la oposición pretendieron hacerlo ver en su momento.
Que los hechos sirvan de experiencia a las nuevas generaciones de la Marina, que inscribirá los nombres de la cadete América Yamilet Sánchez y el cadete Adal Jair Maldonado Marcos en el también llamado “Caballero de los Mares”, que durante décadas ha fungido como plataforma de instrucción para generaciones de cadetes y llevará en su memoria el recuerdo de quienes murieron en cumplimiento del deber.
Centros laborales más seguros y respetuosos
Cada 25 de noviembre nos recuerda que la violencia de género no es un tema ajeno a la vida laboral. Las empresas, como espacios donde convivimos a diario, tienen un papel importante en la construcción de ambientes seguros y respetuosos. Por eso, los resultados más recientes del “Termómetro Laboral” de OCC, la bolsa de trabajo en línea líder en el país, permiten mirar con claridad cómo perciben los trabajadores este reto y qué acciones consideran más valiosas para enfrentarlo.
Lo que más destaca es que siete de cada diez personas señalan algo aparentemente sencillo, pero profundamente transformador: fomentar un entorno de respeto. Puede sonar básico, pero en realidad es la base sobre la que se construye cualquier cultura organizacional saludable. El respeto se expresa en gestos cotidianos, en la forma de comunicarnos, en cómo escuchamos y, sobre todo, en cómo respondemos cuando alguien expresa incomodidad o vulnerabilidad. Es ahí donde comienza la prevención.
Otras respuestas también ayudan a entender por dónde avanzar. Un grupo de participantes consideran fundamental reportar situaciones de acoso, apoyar a quienes lo necesiten o sensibilizarse para evitar conductas inapropiadas. Estas percepciones muestran que las personas están dispuestas a involucrarse y que no ven la solución únicamente desde la política institucional, sino desde lo que cada quien puede aportar. Para las empresas, esto abre una puerta a reforzar sus esfuerzos: facilitar canales claros, comunicar cómo funcionan y generar confianza para que la gente sepa que sus preocupaciones serán atendidas.
Un punto que llama la atención es que 41% de los encuestados no identifica acciones específicas en sus centros de trabajo. Más que interpretarlo como una señal de ausencia, puede verse como una oportunidad de comunicar mejor. Muchas iniciativas existen, pero no siempre llegan a todos o no se explican con suficiente claridad. A veces, la diferencia entre una política efectiva y una que pasa desapercibida está en cómo se conversa sobre ella.
También hay quienes mencionan campañas contra el acoso, mecanismos de denuncia o evaluaciones constantes del clima laboral. Estos esfuerzos ya marcan un camino. La clave hacia adelante será mantenerlos activos, revisarlos periódicamente y adaptarlos a la realidad de cada organización. La prevención no es un documento; es una práctica viva.
Los resultados dejan un mensaje sencillo pero profundo: la erradicación de la violencia de género se construye todos los días. Las empresas pueden fortalecer sus estructuras y procesos, y las personas pueden aportar desde sus interacciones cotidianas. Cuando ambas partes avanzan juntas, los lugares de trabajo se convierten no solo en espacios productivos, sino en entornos más humanos, conscientes y seguros para todo.
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