Carlos Trevino… ¿el único procesado por Odebrecht?

Para que no se adelantara nadie, fue la propia presidenta Claudia Sheinbaum quien este jueves dio a conocer la detención en Estados Unidos de Carlos Alberto Treviño Medina, director general de Pemex en el último año de la administración de Enrique Peña Nieto (noviembre de 2017-noviembre de 2018), relacionado con el caso Odebrecht, aquel escándalo de sobornos de la empresa brasileña en varios países del continente que estalló en 2016, que llevó a varios funcionarios y hasta presidentes a la cárcel… excepto en México.

A Treviño Medina le tocó quedarse a cerrar el ciclo de su jefe, José Antonio González Anaya, con quien llegó en 2016, primero como director corporativo de Finanzas, luego director corporativo de Administración y Servicios. Como se recordará, González Ayala había llegado del IMSS a relevar a Emilio Lozoya Austin, y dejó Pemex para irse de secretario de Hacienda y Crédito Público, a sustituir a José Antonio Meade, quien se fue de candidato presidencial del PRI.

La orden de aprehensión contra Treviño data de 2021, acusado de asociación delictuosa y lavado de dinero, señalado por Emilio Lozoya de haber recibido un soborno de 4 millones de pesos, a cambio de autorizar un contrato para la planta Etileno XXI, vinculada a Braskem, la filial de Odebrecht. De acuerdo a la presidenta, Treviño no pasará por proceso de extradición, sino que será deportado.

Ojalá que la Fiscalía General de la República tenga algo más que los dichos de Lozoya, quien quemó sus naves con aquel escrito en el que embarró a sus exjefes y amigos -Luis Videgaray, González Anaya, José Antonio Meade-, que a la fecha no ha servido para procesar a nadie por nada, ni para salvarlo de haber pasado dos años en el Reclusorio Norte, luego de ser exhibido cenando en el restaurante Hunan, mientras seguía su proceso en libertad. Sin embargo, para el tiempo transcurrido y las circunstancias detrás, todo indica que, en el mejor escenario, Carlos Teviño sería el único procesado por el caso Odebrecht en México.

Trump-Putin: se define el futuro de Ucrania

Por primera vez en mucho tiempo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par ruso, Vladimir Putin, se volverán a ver las caras. Para ello eligieron un lugar más que emblemático: Alaska. Un territorio que hasta hace 150 años pertenecía a Rusia y que hoy es el estado más grande de la Unión Americana.

Hasta donde se conoce, la agenda constará de un solo punto central: encontrarle una salida al conflicto desatado en Ucrania tras la invasión de las fuerzas de Moscú, conflicto que en un par de semanas estará cumpliendo tres años y medio.

Desde diferentes ángulos el encuentro es un enigma. Ambos mandatarios se reunieron en seis ocasiones durante el primer mandato de Trump siempre con buena química y actitud abierta. En esta ocasión las cosas parecen ser distintas. El presidente de Estados Unidos prometió durante su campaña que ayudaría a resolver el conflicto y siete meses después los avances han sido nulos, pese a las amenazas de que habrá “consecuencias muy graves” (así, genéricamente) si el régimen de la república ex soviética no otorga concesiones para llegar a un acuerdo, algo que se antoja algo más difícil.

Para poner fin a los combates, Rusia exige, entre muchas otras cosas, que Estados Unidos y sus aliados acepten como parte de Rusia las regiones ucranianas anexadas en 2014 en Crimea y en 2022-2023 (Donetsk, Lugansk, Saporiyia y Jersón), algo inaceptable para Kiev y para las naciones europeas; que Ucrania nunca se una a la OTAN; que se eliminen las sanciones económicas, financieras y tecnológicas impuestas tras la invasión así como acceso pleno de Rusia al sistema Financiero internacional y participación de negociaciones internacionales en pie de igualdad con la Unión Americana.

Si Ucrania aceptará este rosario de condiciones, algo que claramente no va a ocurrir, Rusia decretaría, un alto al fuego inmediato; retiro parcial de las tropas y la reanudación de exportaciones clave. En otras palabras, una paz bajo sus condiciones.

Trump trae su propia agenda que no necesariamente coincide ni con la de Putin ni con la de Volodimir Zelenzki: busca levantar sanciones a cambio de acuerdos energéticos favorables a Estados Unidos; aumentar sus exportaciones agrícolas y energéticas hacia mercados liberados por el fin del conflicto; recortar la ayuda militar y financiera a Ucrania; presionar para que Europa asuma los gastos de la reconstrucción y, por supuesto, mejorar su imagen internacional contra la de la ONU que no logró mediar.

Para Europa está bien que Trump y Putin negocien, pero deja en claro que cualquier solución debe incluir a Ucrania y que un cese el fuego no puede dar paso a concesiones territoriales.

Preocupa que el mandatario estadounidense, sin autoridad alguna, acuerde el reconocimiento de anexiones rusas o imponer restricciones a Ucrania sin su consentimiento debilitando su soberanía. Ucrania hoy se encuentra en una posición difícil, Rusia ha ganado terreno en varias zonas y continua avanzando.

Hoy las grandes potencias empiezan a decidir el futuro de Ucrania en una reunión a la que ni siquiera fue invitada.

Tijuana: un proceso desaseado que huele muy mal

Si en Tijuana el problema de la basura venía agravándose en los últimos meses, todo parece indicar que las cosas irán de mal a peor. El reciente arrendamiento millonario de camiones recolectores, que debía ser un proceso transparente, terminó también por contaminarse y algo empieza a oler muy mal.

La empresa Turbofin, actual proveedora y señalada en múltiples ocasiones por su incumplimiento debido a la deshabilitación de hasta el 50% de sus unidades, aparece nuevamente como la principal beneficiaria. La licitación exige camiones seminuevos a partir de 2017 y facturas previas de equipos, requisitos que, en los hechos, reducen la competencia a un solo jugador. Un documento muy a modo.

La Delegación San Antonio de los Buenos es la evidencia más clara: basureros improvisados, malos olores, plagas y más de 300 denuncias ciudadanas en esta administración. Mientras tanto, la autoridad insiste en seguir una trama que, en lugar de resolver el conflicto, parece diseñada para garantizar la continuidad de un proveedor bajo sospecha, lo que da mucho en que pensar.

Si la intención era sanear el servicio, empezamos mal. El primer paso era limpiar el proceso. Sin eso, la basura seguirá acumulándose… dentro y fuera de los camiones.

De pobreza, COVID y empleo

Como una “hazaña de la 4T” calificó la presidenta Claudia Sheinbaum que 13.4 millones de mexicanos dejaron la pobreza al finalizar el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, con todo y pandemia por COVID-19, de acuerdo con las cifras reveladas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Apenas el miércoles, se dio q conocer que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares que publica el INEGI, en 2024, 38.5 millones de personas se encontraban en situación de pobreza, mientras que, en 2018, eran 51.9 millones de habitantes que tenían esa condición.

Las cifras presentadas en efecto representan un logro si tomamos en cuenta que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), estimó en su informe anual difundido en 2021, que el total de personas pobres en toda esta región del mundo ascendió a 209 millones a finales de 2020, 22 millones de personas más que el año anterior.

Según el CEPAL, la pobreza y la pobreza extrema alcanzaron en 2020 en América Latina niveles que no se han registraron en los últimos 12 y 20 años, respectivamente, además de un descenso en los índices de desigualdad, así como en las tasas de ocupación y participación laboral, sobre todo en mujeres, como consecuencia de la pandemia del COVID-19, pese a las medidas de sanidad que los países adoptaron.

Y es que de acuerdo con la presidenta Sheinbaum, la disminución de la pobreza en nuestro país, pese a la desaceleración generada por la pandemia del coronavirus, fue posible gracias a que el salario mínimo aumentó y los programas sociales se fortalecieron durante el mandato del ex presidente tabasqueño.

Pero ¿qué pasaría si la política de gobierno de la presente administración, además de robustecer las pensiones para adultos mayores, mujeres y personas con discapacidad, así como las becas para personas que no estudian ni trabajan, también lograra que, a la par, se generara la suficiente oferta de empleo para fortalecer la capacidad productiva del país, en vez de proporcionarle solamente dinero a la población sino el mecanismo para obtenerlo?

Descanso y desconexión laboral

En un mundo que glorifica la disponibilidad 24/7, hablar de descanso y desconexión laboral sigue pareciendo un lujo. Sin embargo, los datos más recientes de OCC, la bolsa de trabajo en línea líder en México, revelan que 8 de cada 10 trabajadores en México creen que descansar y desconectarse es clave para rendir mejor. Es decir, no estamos frente a un beneficio accesorio, sino ante una de las palancas más efectivas para elevar la productividad y la salud organizacional.

El problema es que la brecha entre esta percepción y la realidad en las empresas sigue siendo amplia: sólo un 19% de los encuestados afirma que su compañía cuenta con políticas de desconexión que realmente se cumplen, mientras que otro 46% reconoce que ni siquiera existe una política formal. Esto no solo erosiona el bienestar, sino que también afecta la eficiencia: un colaborador agotado es más propenso a cometer errores, perder foco y desconectarse emocionalmente de sus objetivos.

La solución no es compleja, pero requiere decisión. La encuesta es clara: las medidas más valoradas incluyen fomentar una cultura organizacional que respete el tiempo personal, limitar mensajes fuera de horario y ofrecer programas de salud mental. Acciones concretas, de bajo costo relativo, que pueden generar retornos tangibles en desempeño, compromiso y retención de talento.

Más allá del deber ético, el descanso es una inversión estratégica. El 87% de los encuestados asegura que un descanso adecuado es determinante para un buen rendimiento. Y si bien el 73% declara sentirse satisfecho con su balance vida-trabajo, todavía hay un 27% que vive en un estado de desequilibrio crónico. Esa cifra, traducida a productividad perdida, representa millones de pesos para las empresas mexicanas.

En un contexto donde la competencia por el talento es cada vez más feroz, las organizaciones que apuesten por políticas reales de desconexión y esquemas más flexibles no solo atraerán a los mejores, sino que los mantendrán motivados e innovadores. Porque un colaborador descansado no solo rinde más: piensa mejor, resuelve más rápido y se compromete más con el propósito de la empresa.

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