Bolivia: el adiós a la izquierda
Tras las elecciones del domingo aún se desconoce quien será el próximo presidente de Bolivia, lo que sí está claro es que la izquierda dejará el poder después de 20 años, marcando un periodo que, si bien transformó al país, también dejo profundas divisiones y retos económicos y sociales que el nuevo gobierno deberá resolver.
Tendremos que esperar a una segunda vuelta en la que los dos contrincantes que obtuvieron el mayor número de votos, Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano, y el expresidente conservador, Jorge “Tuto” Quiroga, tratarán de convencer al electorado de que son la mejor opción para resolver la problemática heredada por el Movimiento al Socialismo (MAS). Fuera quedó el favorito en las encuestas, el empresario Samuel Doria Medina, quien quedó en tercer lugar.
Hay muchas razones que explican la derrota de la izquierda pero quizá la más poderosa es la ambición de poder que con el tiempo fue acumulando su líder, Evo Morales, que lo llevó a intentar perpetuarse en el mando, una acción que fue frenada abruptamente por el Tribunal Constitucional. Bajo la máxima “mía o de nadie”, un iracundo Morales llamó al voto nulo dividiendo al partido en contraposición con el actual presidente Luis Arce a quien, paradójicamente, él había colocado como su sucesor.
La fractura de la izquierda no es la única explicación al fracaso de la izquierda. El “milagro económico” basado en las exportaciones de gas natural y materias primas se redujo con la caída de los precios internacionales y la disminución de las reservas gasíferas; paralelamente una baja en los ingresos fiscales limitó los “exitosos” programas sociales que sostenían la popularidad del MAS.
La clase política también es parcialmente responsable. La base electoral, conformada principalmente por el sector indígena se fue apartando tras sentirse marginada por prácticas autoritarias, corrupción, y falta de renovación en la dirigencia. Así fue migrando, especialmente en las áreas rurales, a otras fuerzas que han ido ganando terreno particularmente en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, rompiendo su hegemonía.
Las demandas de las nuevas generaciones también hoy son distintas (empleo, medio ambiente, derechos digitales); el MAS fue incapaz de actualizar su narrativa quedando rezagada frente a las inquietudes de los jóvenes.
Pero todo eso es ya historia. El 19 de octubre los bolivianos regresarán a las urnas para salir de ahí, ahora sí, con un nuevo presidente que estará del otro extremo de la izquierda. Por un lado, la propuesta de Rodrigo Paz se basa en “capitalismo popular” que el define como una tercera vía, y del otro, Jorge “Tuto” Quiroga es un neoliberal cuya plataforma es claramente conservadora.
Hace dos décadas el MAS llegó al poder con un masivo apoyo y la promesa de programas sociales que sacarían al país de la pobreza, hoy ese mismo pueblo le volvió la espalda… Nada es para siempre…
Vanguardia en el lavado de dinero
Los brazos del narcotráfico en México cada vez encuentran nuevos caminos para legalizar las millonarias ganancias generadas ilícitamente, por lo que las criptomonedas se han convertido en una atractiva opción para lavar dinero sin dejar rastro, ya que difícilmente puede ser investigado su origen.
Esta innovadora forma de operar ha permitido a grupos de la delincuencia organizada como el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa utilizar este tipo de moneda virtual, ya sea para vender drogas en Europa y obtener ganancias por esta vía, o bien, para la compra de precursores químicos para la elaboración de drogas como el fentanilo.
La Agencia Antidrogas de Estados Unidos, la DEA, señala que los cárteles llegan a lavar hasta 25 mil millones de dólares al año sin que las autoridades mexicanas puedan hacer mucho al respecto pues al convertir fondos ilegales en activos digitales pueden hacer pasar ese dinero como legítimo al aprovechar el anonimato de la tecnología blockchain, que es un sistema de registro digital que no requiere de una autoridad que valide las transacciones y controle la información.
Y aunque se han implementado algunas medidas para combatir el problema, de acuerdo con especialistas, existen obstáculos que no permiten atacar este tipo de operaciones con recursos de procedencia ilícita con la Ley Fintech, que aún tiene algunas lagunas, como que no regula plataformas extranjeras ni transacciones anónimas, además de que la descentralización de las criptomonedas no abona a su regulación.
Otro de los problemas es el presupuesto tan limitado de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, así como la falta de personal experto y la capacitación en el tema, ya que aunque el Sistema de Administración Tributaria (SAT) creó un equipo ex profeso para atacar el problema, según la propia DEA los esfuerzos aún resultan insuficientes.
La estabilidad financiera y la seguridad del país tienen un nuevo desafío que requiere mayores esfuerzos, quizá globales y no solamente nacionales, que permitan analizar, regular, rastrear y desactivar este complejo camino que la delincuencia digital ha construido bajo el cobijo de las nuevas tecnologías.
Los 10 ejes carreteros del sexenio
El 58 por ciento de la carga que se mueve en México es por carretera y sólo en 2024 ascendió a 572 millones de toneladas. La red carretera pavimentada se compone de 179 mil 536 kilómetros, de los cuales 51 mil 310 son carreteras federales libre de peaje; 104 mil 40 kilómetros carreteras estatales; 24 mil 185 municipales y 11 mil 174 de cuota. Así también, de la red carretera, 19 mil 240 kilómetros corresponden a los llamados 15 corredores carreteros, de los cuales 9 son longitudinales y 6 transversales.
A cargo de la construcción, conservación y mantenimiento de la red carretera federal libre de peaje, así como de apoyar a estados y municipios en lo que se requiera, está la Dirección General de Carreteras de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), a cargo de Carlos Arceo Castañeda, quien estuvo en diálogo con los integrantes del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) para hablar de los 10 ejes prioritarios contemplados en el Programa Nacional de Infraestructura (PNI).
Se trata de una decena de proyectos que benefician a 14 estados, suman 2,220 kilómetros, y para los que se contempla una inversión total de 112,173 millones de pesos. Son los siguientes: Cuautla-Tlapa-Marquelia, el cual se encuentra en proceso de ejecución y se espera concluir en 2029, consistiendo en 385 kilómetros en los estados de Morelos, Puebla y Guerrero; el Tamazunchale-Huejutla-Pachuca, con 96 kilómetros, se concluirá en 2027 y conectará a los estados de Hidalgo y San Luis Potosí.
Asimismo, está el Bavispe-Nuevo Casas Grandes, a terminarse este año, consiste en 67 kilómetros que unirá a Sonora y Chihuahua; el Toluca-Zihuatanejo, con un total de 482 kilómetros correrá del Estado de México a Guerrero, a concluirse en 2029; Salina Cruz-Zihuatanejo, de 453 kilómetros, que unirán Guerrero y Oaxaca en 2029; el Macuspana-Escárcega, de 131 kilómetros, se terminará en 2028 y conectará a Tabasco, Chiapas y Campeche. Asimismo, están el de Ciudad Valles-Tampico, enlazando San Luis Potosí y Tamaulipas; Saltillo-Monclova; Guaymas-Esperanza-Yécora-Chihuahua, de Sonora a Chihuahua y el Circuito Tierra y Libertad, en Morelos.
Cabe destacar que Guerrero es la entidad que se lleva la mayor parte de la inversión contemplada: 29.69 por ciento. Esto considera las obras referidas, además de los recursos para reconstrucción y solventar la problemática de los huracanes que han impacto en la entidad.
Estos 10 ejes carreteros prioritarios, enfocados en cerrar la brecha de la desigualdad y mejorar la calidad de vida de la gente, sólo pueden lograrse con la participación del sector público, con el respaldo de la iniciativa privada, de sociedades técnicas especializadas como la Asociación Mexicana del Asfalto (AMAAC) y la Asociación Mexicana de Ingeniería de Vías Terrestres (AMIVTAC), de la Federación Mexicana de Colegios de Ingenieros Civiles (FEMCIC) y, por supuesto, del Colegio de Ingenieros Civiles de México.
El funcionario señaló que son 10 los ejes prioritarios del Programa Nacional de Infraestructura: Cuautla-Tlapa-Marquelia; Tamazunchale-Huejutla-Pachuca; Bavispe-Nuevo Casa Grandes; Circuito Tierra y Libertad (Morelos); Toluca-Zihuatanejo; Salina Cruz-Zihuatanejo; Macuspana-Escárcega; Ciudad Valles-Tampico; Saltillo-Monclova y Guaymas-Esperanza-Yécora-Chihuahua. Carlos Arceo dijo que dichos corredores estratégicos “buscan modernizar la conectividad entre comunidades y reducir las brechas de desarrollo entre zonas urbanas y rurales”.
En otras acciones, el funcionario señaló que la dirección general a su cargo tiene 19 puentes y distribuidores viales a concluirse no más allá de 2028, con 12,505 millones de pesos de inversión para un total de 16.13 kilómetros para nueve entidades. Asimismo, Arceo Castañeda detalló la distribución de la inversión para el periodo 2025-2030, destacando que la mayor parte (29.69%) corresponde a Guerrero, tanto por las obras que se están implementando, como los recursos para reconstrucción y solventar la problemática de los fenómenos meteorológicos que han impacto en la entidad.
Carlos Arceo Castañeda concluyó que, construir o modernizar caminos no es un fin en sí mismo, sino un medio para mejorar la calidad de vida de la gente. Señaló que una buena infraestructura reduce tiempos de traslado y aumenta la seguridad, lo que facilita el acceso a servicios médicos, educativos y a una mayor diversidad de mercancías a precios justos. Destacó además el agradecimiento de las comunidades, que ven en puentes y carreteras la posibilidad real de conectarse, superar el aislamiento y tener mejores oportunidades de desarrollo y bienestar.
En su intervención, Juan José Orozco y Orozco, vicepresidente de Relaciones Gubernamentales y Legislativas del CICM y presidente de AMIVTAC, coincidió en que las carreteras son la infraestructura esencial para el desarrollo, pues no sólo conectan territorios, sino que acercan a las comunidades apartadas a servicios básicos de salud, educación y mercados, reduciendo desigualdades sociales y territoriales. Subrayó que una carretera de calidad garantiza seguridad, menores costos y sostenibilidad ambiental, al tiempo que impulsa competitividad, el comercio y la inclusión social, pues “cada kilómetro construido no sólo acerca distancias físicas, sino que derriba barreras de inequidad, mejora la calidad de vida y multiplica las oportunidades, convirtiéndose en un verdadero motor de integración y desarrollo nacional”.
Síguenos en Google Noticias para mantenerte informado
El cargo Bolivia: el adiós a la izquierda apareció primero en Mundo Ejecutivo.