¿De qué sirven los títulos, si no sabes liderar?: Ana Michelle Concepción y el llamado urgente a reinventar el liderazgo

Vivimos tiempos de automatización e Inteligencia Artificial, en los que muchos saben liderar proyectos, pero pocos saben liderar su propia vida. Hay quienes conquistan cifras, dirigen equipos y firman contratos… pero siguen huyendo de sí mismos.

En ese vacío silencioso entre el éxito externo y el caos interior, surge una voz que incomoda, pero que también despierta. Ana Michelle Concepción, formadora de líderes y experta en transformación organizacional de forma humana, lanza una verdad que no deja indiferente:

“Sin conciencia, no hay buen liderazgo. Punto.”

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Para la coach multidisciplinaria y escritora Michelle Concepción, el liderazgo no comienza en la sala de juntas, sino en el espejo. No se trata de cuántos te siguen, sino de cuán profundo te conoces.

Nuestro mundo premia la velocidad y castiga la vulnerabilidad; sin embargo, Michelle propone una revolución más radical: liderar desde la integridad, la presencia y el el dominio y despertar emocional.

“No puedes mover a otros si no te has movido por dentro. El verdadero impacto comienza contigo”, afirma.

“No se puede liderar a otros si no lideras tu propia vida. Y liderar tu vida comienza con una conversación contigo misma, contigo mismo”, afirma Ana Michelle desde su experiencia como mentora y formadora de líderes en América Latina.

Su planteamiento desafía la idea tradicional del liderazgo basado únicamente en resultados y títulos académicos; propone una perspectiva más integral basada en la conciencia, la autogestión emocional y la coherencia personal.

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El nuevo paradigma: del hacer al ser

Diversos estudios, incluido el Future of Jobs Report 2023 del Foro Económico Mundial,  advierten que habilidades como la comunicación, la adaptabilidad, la resiliencia, la gestión del cambio y la empatía son las más demandadas en el presente y lo serán aún más en el futuro. Sin embargo, estas capacidades no se enseñan en una aula tradicional ni se adquieren por decreto.

Concepción Esterrich sostiene que, las soft skills (o habilidades blandas) “se entrenan desde la presencia, desde la vulnerabilidad, desde la capacidad de detenerte y observarte. Y eso requiere valentía”. En su enfoque, el desarrollo personal no es un lujo, sino una necesidad estratégica para todo aquel que aspire a transformar su entorno”.

“El mundo necesita líderes más humanos. Personas capaces de mirar con compasión, de escuchar con atención y de tomar decisiones desde la integridad. Eso no se logra con títulos; se logra con conciencia”, afirma.

Soft skills: un acto de presencia

Para Ana Michelle, cultivar las habilidades blandas comienza con la presencia plena.

“Una persona presente puede influir de forma positiva en cualquier espacio donde se encuentre. La presencia es la puerta de entrada a la escucha activa, empatía, transformación y a la colaboración”.

Este tipo de liderazgo no es autoritario ni manipulador. Es un liderazgo humano y transformacional, que moviliza desde el ejemplo, que inspira desdela mezcla de las emociones, la experiencia y la conexión con uno mismo y con los demás.

“Las soft skills son una manera de presentarte y manifestarte en el mundo. Cuando las integras, impactas, sin necesidad de imponerte”.

De líderes mecánicos a líderes conscientes

Las organizaciones que aún operan bajo modelos jerárquicos rígidos están perdiendo competitividad, respeto de sus colaboradores y retención de su talento. Las nuevas generaciones exigen un liderazgo auténtico, transparente y emocionalmente inteligente.

“Un buen líder hoy no es el que grita más fuerte, sino el que sabe cuándo callar para escuchar”.

La autora de “La Valentía de una mujer” insiste en que el mayor reto es crear entornos seguros donde estas puedan florecer.

“No puedes esperar empatía en un sistema que castiga el error. No puedes exigir colaboración si promueves hábitos, costumbres y una cultura organizacional destructiva”.

Coaching, vulnerabilidad y transformación

En su práctica profesional, Ana Michelle Concepción ha acompañado procesos de coaching donde la transformación verdadera ocurre cuando una persona se permite cuestionar sus creencias limitantes, su enfoque y decide resignificar su historia y asumir su poder personal.

“Cuando alguien se atreve a decir ‘esto me duele’, ´reconozco que no estoy haciendo esto bien´, ´tengo algo mejor dentro de mi que ofrecer a los demás´,  ahí comienza el liderazgo verdadero”.

Por ello, subraya la importancia de que las organizaciones inviertan no sólo en formación técnica, sino en espacios de desarrollo humano.

“El ROI de una conversación transformadora es incalculable”, asegura.

Hacia un liderazgo que deja huella

El mensaje final de Ana Michelle Concepción es claro: “El liderazgo que trasciende comienza con un cambio interior. Si queremos un mundo más justo, más humano y más consciente, necesitamos líderes que trabajen primero en su propio ser”.

En nuestro entorno global saturado de información, aceleración y métricas, su propuesta resulta disruptiva y profundamente necesaria. Porque el verdadero liderazgo no se impone, se irradia. Y eso, como bien señala Ana, empieza por atrevernos a mirar hacia nuestro interior.

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