SCJN: entre lo ritual y lo pagano

La instalación de la flamante Suprema Corte de Justicia de la Nación terminó por convertirse en un espectáculo en el que lo formal se vio atravesado por lo simbólico. De una parte, el protocolo clásico con tomas de protesta, discursos solemnes y las palabras medidas, del otro, una serie de actos rituales diseñados por la Cuarta Transformación buscando sintetizar la gran diversidad de pueblos indígenas que existen en el país, pero que lo único que consiguieron fue engendrar híbridos a los que se les busca dar una validación política.

El Benemérito de las Américas, estandarte de la laicidad, seguramente habría fruncido el ceño ante tal muestra de fervor religioso, con limpias, copal, nahuales y los ministros pidiendole a Quetzalcóatl guiar sus pasos en esta nueva etapa. Un montaje para validar una legitimidad a un proceso por demás distorsionado.

Es innegable que el simbolismo tiene su valor: remite a la responsabilidad moral de aquellos que ejercen el poder y al reconocimiento de quienes históricamente han sido marginados, sin embargo, nada de esto puede remplazar a una justicia clara, oportuna y accesible. Más allá de los actores, la ciudadanía, cansada de decisiones judiciales contradictorias y percepción de impunidad observa con escepticismo. Un ritual no va a sacar de prisión a un inocente ni es garantía de un fallo coherente.

Preocupa la inexperiencia de algunos ministros que, si bien los acompaña un prestigio académico o político, carecen de trayectoria en los tribunales. La solemnidad de los actos protocolarios no va a compensar la ausencia de práctica real. La falta de pericia puede generar vacíos en la interpretación de la ley, retrasos en la resolución de conflictos y decisiones que, aunque técnicamente correctas, se perciban como alejadas del día a día de los ciudadanos.

El gran reto es hacer justicia efectiva en un país tan desigual. La corrupción, los derechos humanos, la inequidad social, son desafíos que no se resuelven ni con rituales ni ceremonias. Cada sentencia es un mensaje sobre la fortaleza institucional; cada fallo una oportunidad para consolidar la confianza en el sistema judicial. Entre lo ritual y lo pagano, entre la solemnidad y la presión social, la Corte debe demostrar su independencia e imparcialidad o de lo contrario terminará por convertirse en un objeto decorativo.

México necesita más que nunca que los gestos simbólicos se traduzcan en justicia tangible, que los rituales acompañen resultados concretos y que la autoridad judicial sea reconocida y respetada no por el “humo sagrado”, sino por la certeza de que sus decisiones protegen a todos por igual.

Hay muchos retos por delante. Es la hora del Tribunal Supremo, todos confiamos y deseamos que sus representantes se muestren a la altura que la historia les está ofreciendo.

Alcaldía Benito Juárez vs Club América: un pleito que a nadie conviene

La telenovela protagonizada por la alcaldía Benito Juárez, en voz de su titular Luis Mendoza, y el Club América de Futbol generó más daños que beneficios y continuará generando pérdidas económicas en caso de que persistiera la situación.

Hace unos días, bajo el argumento de que el equipo de seguridad del club se habría extralimitado en sus funciones al cerrar la calle de Indiana, además de que habría impedido el libre tránsito de una vecina que requería una atención médica, el gobierno delegacional emitió un comunicado donde señaló que el partido entre América y Pachuca se llevaría a cabo a puerta cerrada, hasta que el personal del equipo azulcrema se capacitara adecuadamente.

Acto seguido, el equipo de primera división señaló que lamentaba las afectaciones generadas a la afición y refirió que no contaba con personal de seguridad, además de mencionar que el cierre de vialidades fue parte de un operativo ejecutado por policías capitalinos en apego a un plan de la alcaldía.

De ahí se vino en cascada una serie de ataques mutuos para echarse la bolita sobre quién era el responsable de los hechos, por lo que habría que aclararle, tanto a la alcaldía como a un buen número de comentaristas deportivos, particularmente de Televisa Deportes, que la aplicación de los cierres de vialidades y operativos de seguridad corresponden única y exclusivamente a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).

En efecto, la alcaldía emite disposiciones a nivel de la demarcación, pero la ejecución de los dispositivos no corresponde más que a la Subsecretaría de Control de Tránsito y a la Subsecretaría de Operación Policial, por lo que en lugar de echarse culpas debieron sentarse desde un principio con la SSC a resolver la situación.

En tanto, el clásico nacional podría jugarse en otra sede ante la molestia del club de Coapa, ya que el cierre le habría costado al menos siete millones de pesos por concepto de taquilla, a lo que se sumarían pérdidas por concepto de alimentos y bebidas al interior y al exterior del recinto, aunado a la molestia de los aficionados que sin deberla ni temerla se quedaron sin asistir al partido.

Billetes falsos

La falsificación de billetes aumentó 6.45% en el primer semestre de 2025, de acuerdo a datos del Banco de México difundidos en reportaje de El Universal. La estadística se basa en el número de piezas que recibió el banco central para su análisis en el periodo y que resultaron apócrifas, poco más de 150 mil piezas, y entre los más falsificados en 2024 estuvieron los billetes de 200 y 500 pesos.

El incremento de los billetes falsificados es preocupante, porque hubo una tendencia a la baja en 2024, con cifras que no se veían desde 2016, aunque ya entonces se veía la tendencia a la alza en la falsificación de billetes de 500 y 200 pesos, en ese orden.

Todos los billetes tienen elementos de seguridad que garantizan su autenticidad, sin embargo, pocas personas los conocen. Incluso, los habituados a hacerlo, como comerciantes, no los verifican en su totalidad. En el caso de los billetes de a 500 son cuatro elementos: el sello de agua con el rostro de Benito Juárez y la denominación 500; al tacto, se sienten relieves en los costados y en el nombre de Banco de México; el hilo dinámico, que es la franja horizontal verde oscuro con números en movimiento; y el número de folio, el cual aparece en el centro y costado, y que debe ser el mismo en ambos casos, teniendo la numeración en orden creciente de tamaño.

Por otra parte, hay quienes reciben un billete falso y no saben qué hacer, por lo que lo más fácil es deshacerse de él lo más pronto posible, pues pagar con moneda falsificada es un delito con pena de prisión. En estos casos, es recomendable que si al realizar un pago no le aceptan un billete por parecer falso, pida que se lo devuelvan. La probable pieza falsificada se puede presentar a cualquier sucursal bancaria para enviarlo al Banco de México para su análisis. A cambio, la sucursal entrega un recibo para darle seguimiento. Si la pieza resulta auténtica, se reembolsa el importe correspondiente. Si la pieza resulta ser falsa o alterada, quedará bajo guarda y custodia del Banco de México, y no se recupera el monto. Hay una salvedad: si el billete fue obtenido en una operación de cajero automático comprobable, el banco correspondiente reembolsa la cifra y se queda con el billete falso.

Si bien se ha avanzado considerablemente en las medidas de seguridad, la falsificación de billetes es un delito que seguirá existiendo junto con el papel moneda, y más común en transacciones pequeñas. Es por ello conveniente verificar todos los elementos de seguridad del billete y en la medida de lo posible, optar más por transacciones electrónicas, sea pago por tarjeta, transferencia o CODI.

La estabilidad y el crecimiento: la brújula del talento

En el mundo laboral actual se habla mucho de la importancia de la cultura organizacional, de los valores y del propósito corporativo como elementos clave para atraer y retener talento. Pero cuando los trabajadores en México deciden postularse a una vacante, la realidad es que lo que más pesa en su decisión es lo esencial: la estabilidad y las oportunidades de crecimiento.

El más reciente Termómetro Laboral de OCC, la bolsa de trabajo en línea líder en México, lo confirma con claridad: siete de cada diez trabajadores priorizan la seguridad laboral y la posibilidad de desarrollarse profesionalmente por encima de cualquier otro aspecto. Más atrás quedan factores como la misión y visión de la empresa, el liderazgo, la colaboración en equipo o incluso el ambiente laboral.

Esto dice mucho de las aspiraciones de los colaboradores, pero también de la realidad del mercado laboral mexicano. En un país donde la movilidad social depende en gran medida del empleo, contar con certezas laborales representa mucho más que un contrato: es la base para construir un proyecto de vida. Y el crecimiento profesional es visto como el camino para mejorar ingresos, fortalecer el bienestar y proyectar un futuro más seguro.

El análisis generacional ofrece matices reveladores. Mientras que el 75% de los jóvenes de entre 21 y 30 años coloca la estabilidad y el crecimiento como su prioridad, en los trabajadores mayores de 51 años este porcentaje baja al 59%. Es decir, las nuevas generaciones buscan en el empleo un trampolín para consolidar su carrera, mientras que los más experimentados tienden a valorar otros factores como el ambiente y la cultura corporativa.

También hay que considerar que el 67% de los encuestados declaró que los valores y el propósito de una empresa sí son fundamentales al momento de aplicar. Sin embargo, difícilmente sustituyen a la estabilidad y a las oportunidades de desarrollo. En otras palabras: los valores suman, pero no bastan.

Para las empresas, este hallazgo representa un reto crucial. Ya no se trata solo de contar con un discurso corporativo atractivo, sino de acompañarlo con acciones tangibles que ofrezcan seguridad y un camino claro de crecimiento. El mensaje de los trabajadores es contundente: los valores importan, pero lo que realmente marca la diferencia es la posibilidad de desarrollarse con certeza dentro de la organización.

El cargo SCJN: entre lo ritual y lo pagano apareció primero en Mundo Ejecutivo.

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