El miedo a que ICE congele las fiestas patrias en EU

Todo indica que las fiestas con motivo del Aniversario de la Independencia de México, que se celebrarán en Estados Unidos, estarán rodeadas del miedo y la incertidumbre ante la radical situación migratoria que viven millones de connacionales en la Unión Americana desde la llegada del presidente Donald Trump.

Muchas festividades con motivo de las celebraciones patrias han sido canceladas y otras más evalúan esa posibilidad. Por ejemplo, los organizadores del evento El Grito Chicago, que estaba programado para realizarse en Grant Park, ubicado en una zona céntrica de esa ciudad, pospusieron este acto programado para los días 13 y 14 de septiembre.

Incluso, el propio gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, ha dicho que recomienda no asistir a dichos eventos, luego de tener conocimiento de la posible presencia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y de la Guardia Nacional.

Caso contrario es el de Phoenix, Arizona, donde el mensaje de las autoridades consulares es completamente a la inversa. En particular, el cónsul de México en esa ciudad, Jorge Mendoza, ha asegurado que no se tiene conocimiento de operativos migratorios durante las fiestas patrias, lo que suena demasiado optimista y francamente habría que ponerlo en duda.

Es de entenderse la actitud del diplomático mexicano para motivar la confianza de los connacionales que viven ahí, pero dados los alcances que han tenido las autoridades migratorias de Estados Unidos se ve difícil creer que el ICE le participe al funcionario si hará o no redadas.

En cuanto a Los Ángeles, California, la situación es muy parecida a Chicago, ya que hasta el momento se ha dicho que tres de los cuatros desfiles que comúnmente se realizan en la ciudad, ya fueron cancelados, por lo que el único que se llevará a cabo es el que organiza el Comité Mexicano Cívico Patriótico (CMCP) desde 1946, además de la conmemoración del grito, organizada por el Ayuntamiento de Los Ángeles, que tendrá lugar el 13 de septiembre.

La situación que se vive en Estados Unidos continúa siendo muy tensa para la gran cantidad de mexicanos que habitan en ese país que, de acuerdo con el Anuario de Migración y Remesas México, asciende a 39.9 millones de connacionales, de los cuales se estima que 4.05 millones se encuentran en una situación migratoria no autorizada.

En suma, el panorama no pinta muy bien que digamos ya que en caso de que muchos paisanos opten por no salir a las calles incluso podrían registrarse importantes pérdidas económicas. Vamos a ver con qué sorpresa nos salen las autoridades estadounidenses.

Residencias de marca en México

Las residencias de marca o “branded residences”, son asociaciones entre un desarrollador inmobiliario y una marca reconocida, en las que los dueños de las propiedades deben pagar tarifas de administración por tener la marca y sus beneficios en sus propiedades. En nuestro país hay dos modelos: ubicación compartida de Hotel + Residencias, en la cual el hotel y las residencias se encuentran en un mismo sitio y pueden compartir algunos servicios y áreas comunes; y sólo Residencias, asociadas con una marca de lujo.

Tinsa by Accumin, la multinacional de consultoría inmobiliaria, ha identificado más de 20 proyectos en México de Branded Residences con marcas hoteleras o de lujo, unos en operación y otros en construcción. 75% de estos proyectos se encuentran en destinos de playa como Los Cabos, la Riviera Nayarit; Acapulco, Cancún y la Riviera Maya. El 25% restante se encuentra en destino de ciudad, principalmente en la CDMX y el Estado de México, con marcas como Ritz-Carlton, Armani y Elie Saab Maison. Sin embargo, se ve un creciente interés en el mercado de residencias en marcas de lujo como Armani y Etiquetta en la Ciudad de México y Náutica en Cancún.

En el caso de la Ciudad de México, los proyectos que se encuentran tanto en operación como en construcción, participan con el 66% de la absorción de las Residencias de marca en destinos de ciudad en el país, con presencia de marcas hoteleras como Thompson Hoteles y Ritz-Carlton y el ejemplo referido de Armani. En el Estado de México se encuentra la Torre Designo de Pininfarina y la Maison Furnished de Elie Saab, mientras que en San Miguel de Allende se ubica la Clevía Autograph Collection de Marriott.

Para confirmar que lo que se paga es la marca, y se paga bien, Tinsa by Accumin identificó que los proyectos brandeados en la Zona Metropolitana de la CDMX se encuentran 17% arriba que los proyectos Luxury y mantienen un valor por metro cuadrado 67% mayor. Sin embargo, la superficie promedio de los brandeados se encuentra un 45% por debajo del promedio de los Luxury. Por si fuera poco, se venden más rápido: mientras que las residencias de marca presentan un promedio de 5.2%, las Luxury tienen un ritmo de ventas más lento con 2.6%.

Trump: los sueños de grandeza y el pasado pedido

No es ninguna casualidad. No habían pasado 48 horas de la demostración de fuerza exhibida por los líderes de China, Xi Jinping; Rusia, Vladimir Putin; y Corea del Norte Kim Jong-Un, en el desfile conmemorativo por el 80 aniversario de la victoria sobre Japón, cuando un fúrico Donald Trump anunciaba la firma de una orden ejecutiva que autoriza llamar de manera paralela al Departamento de Defensa “Departamento de Guerra” y a su titular “Secretario de Guerra”.

Estados Unidos se niega a perder un liderazgo que ha entrado en crisis por los dislates de su presidente y su visión vintage de una nación con un pasado glorioso que dejó de existir ya hace muchas décadas, sin que por ello haya dejado de ser una potencia global.

El “sobrenombre” al Departamento de Defensa es mucho más que un cambio semántico, es el símbolo central de una política nostálgica que evoca la Segunda Guerra Mundial, época que el mandatario considera ejemplar por la fuerza, disciplina y liderazgo global que proyectaba el país. Una añoranza de la grandeza militar pasada que marca el tono de toda su administración.

Al interior del Pentágono esta visión se traduce en la ética del guerrero, la priorización de la agresividad y el orden severo sobre programas de diversidad e inclusión que según Trump proyectan una imagen de debilidad hacia el exterior. Este enfoque se refleja también en la política exterior con operaciones militares de alto impacto –en muchos sentidos teatrales- como la eliminación de embarcaciones vinculadas al narcotráfico y discursos que imponen poder y autoridad rememorando la hegemonía de Estados Unidos en el siglo XX.

Algo similar ocurre con la economía y la industria. Trump promueve la recuperación de las fábricas tradicionales, la industria del acero y la energía fósil, un remedo de la prosperidad tras la postguerra. Lo mismo ocurre con su visión del comercio bilateral y proteccionista. Acciones que no necesariamente buscan el crecimiento económico pero si reforzar la narrativa de autosuficiencia y fortaleza nacional, algo que le permita exhibir que de verdad está haciendo grande a América de nuevo.

Trump ha impulsado cambios culturales que pretenden restaurar los valores tradicionales –por supuesto republicanos-. Ha ordenado eliminar contenidos ideológicos del museo Smitsoniano, restaurar estatuas históricas y limitar representaciones de minorías en exhibiciones sobre historia, Hace apenas unos días se filtró la información de que el Departamento de Justicia busca prohibir que las personas transgénero tengan armas de fuego por considerar que sufren disforia de género, una condición que hasta 2018 fue considerada como una enfermedad mental.

Trump busca sembrar emociones. Su reto es que sus compatriotas conecten con la idea de un Estados Unidos poderoso y respetado, tal como lo percibía la generación dorada, una mentira que al final podría resultar no tan piadosa.

Actualizando el TLC con Europa

México es el segundo mayor socio comercial de la Unión Europea (UE) en América Latina, detrás de Brasil. Las relaciones comerciales entre nuestro país y la UE se rigen por el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación firmado en 2000, conocido en México como el Tratado de Libre Comercio con la UE, el primero que firmó esa región con otro país. En 2016 se iniciaron las negociaciones para modernizarlo, lo cual finalmente concluyó a principios de este año y, finalmente, la semana pasada, la Comisión Europea (CE) propuso al Consejo Europeo la firma del también llamado Acuerdo Global, además del Acuerdo de Asociación UE-Mercosur, este último integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.

En 2018, se logró un “acuerdo de principio” sobre la parte comercial y en 2020 concluyeron los detalles técnicos finales sobre contratación pública. Los cinco años restantes fueron por esperar a que la Comisión propusiera la firma. Nueve años de “negociaciones” se explican porque los europeos no tenían prisa alguna por concluirlas, hasta que llegó Donald Trump con sus aranceles, y la UE decidió diversificar su comercio y firmar los acuerdos pendientes con la región.

La Unión Europea exporta más de 70 mil millones de euros (82 mmdd) en bienes y servicios a México cada año, en el marco del acuerdo. El mayor beneficio del nuevo acuerdo con la eliminación de aranceles, para la UE, está en la exportación agroalimentaria -quesos, aves de corral, carne de cerdo, pasta, manzanas, mermeladas, chocolate y vino-; mientras para México está en materias primas minerales como fluorita, bismuto y antimonio, utilizados en industrias químicas, farmaceúticas, siderúrgica, entre otras. Asimismo, se amplía la protección de productos europeos con denominación de origen, de 344 a 568, contra imitaciones en el mercado mexicano, particularmente en bebidas.

Se espera que el acuerdo redunde en favor de nuestro país, obviamente con autoridades más concentradas en la relación con su principal socio comercial, como Marcelo Ebrard, quien ya se presenta como visitante frecuente de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), al ir cada semana Washington. Son momentos en que, cada nuevo mercado o mejora en la relación con otros socios, suma algo. Lo sabe la Unión Europea.

Crédito hipotecario: millennials al frente del mercado

El acceso a la vivienda ha sido históricamente uno de los mayores retos sociales y financieros en México. En los últimos años, la dualidad entre los esquemas públicos y los créditos bancarios ha delineado un panorama complejo, pero también lleno de oportunidades para entender cómo se transforman las aspiraciones de los mexicanos y la manera en que deciden financiar su patrimonio.

La más reciente Radiografía del Sector Inmobiliario del portal inmobiliario Propiedades.com, con datos del bróker hipotecario Creditaria, revela un mercado en evolución. Por un lado, los créditos de Infonavit y Fovissste se mantienen como un pilar en la adquisición de vivienda, especialmente para trabajadores de ingresos medios y bajos. Por otro, la banca ha encontrado terreno fértil en los segmentos residenciales y premium, consolidándose como una alternativa flexible y competitiva que poco a poco gana terreno.

El hallazgo más llamativo es la irrupción de los millennials como la generación que lidera la contratación de créditos, con más de 68 mil millones de pesos colocados. Esta cifra no sólo confirma el peso demográfico de esta generación, sino también su capacidad para convertirse en motor del mercado inmobiliario. Frente a ellos, la Generación X y los baby boomers mantienen presencia, pero con menor dinamismo. La Generación Z, aún en fase de consolidar ingresos y estabilidad laboral, se asoma tímidamente al escenario.

El perfil de los solicitantes refleja tendencias claras: la edad promedio es de 39 años, con ingresos cercanos a los 36 mil pesos mensuales y un historial crediticio más sólido. Además, el 72% de los solicitantes son asalariados del sector privado, lo que confirma que la estabilidad laboral sigue siendo determinante en el acceso al financiamiento.

No menos relevante es el tipo de inmueble que se busca financiar. La preferencia por viviendas nuevas o con pocos años de antigüedad muestra que el mercado está virando hacia desarrollos más recientes, ubicados en zonas con alta plusvalía. El último trimestre de 2025 apunta a un escenario atractivo: la banca prepara promociones, beneficios en comisiones y potenciales ajustes a la baja en tasas de interés, favorecidos por la reciente reducción en la tasa de referencia. Un cierre optimista para quienes han pospuesto la decisión de comprar vivienda.

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