El problema no es el AIFA

Este martes, el Departamento de Transporte de Estados Unidos revocó las autorizaciones de rutas aéreas desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) a aquel país, y suspendió las pendientes de nuevas rutas desde el AIFA y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) hacia destinos en la Unión Americana. También prohibió provisionalmente el servicio de transporte de carga en vuelos combinados con pasajeros desde el AICM.

La revocación y cancelación de rutas será a partir del 7 de noviembre, la relacionada con carga será después de 108 días y con un plazo de 14 días para que las aerolíneas afectadas presenten sus argumentos. La orden del Departamento de Transporte no dice nombres, pero las afectadas son Aeroméxico, Volaris y Viva, particularmente por 11 rutas que iniciarían operaciones en las próximas semanas, justo antes de la temporada decembrina, y dos que ya operaban de Aeroméxico del AIFA a McAllen y Houston. En cuanto a carga, la más afectada es Aeroméxico.

Las acciones recientemente ordenadas son, de acuerdo a la dependencia que dirige Sean Duffy, por decisiones anticompetitivas y discriminatorias contra aerolíneas estadounidenses al obligarlas a trasladar operaciones de carga al AIFA y la nueva operación de slots en el AICM, lo cual carece de sustento, pues en su momento las líneas aéreas de carga y empresas de paquetería estuvieron de acuerdo y movieron sus operaciones, además de que las medidas van dirigidas a aerolíneas de pasajeros.

La medida coincide con la orden de revocación de inmunidad antimonopolio contra Delta Air Lines y Aeroméxico emitida en septiembre pasado, y que entra en vigor el primero de enero del 2026, además de amagos de volver a retirarle la Categoría 1 a México. Asimismo, hay una caída generalizada de visitantes extranjeros a Estados Unidos que, en el caso de México, se estima de 3.4% respecto al 2024, según datos de Administración del Comercio Internacional (ITA), y las aerolíneas -particularmente las estadounidenses-, todavía no se recuperan de la crisis del covid.

El gobierno estadounidense dejó abierta la posibilidad de negociación, y la presidenta Claudia Sheinbaum ya pidió establecer contacto tanto con el secretario de Estado, Marco Rubio, como con las aerolíneas afectadas. Como ha sido con todas las medidas económicas de represalia tomadas por la administración Trump, seguramente se llegará a un acuerdo, pues los vuelos de carga no saldrán del AIFA y realmente no es ese el tema, pero se tendrá que ceder en algo y probablemente eso esté en la asignación de los slots en el AICM, ligado a asegurar que haya más de los cada vez menos pasajeros que viajen a Estados Unidos en aerolíneas de aquel país, no en Aeroméxico, Volaris y Viva. Lo que está claro es que se busca debilitar a las aerolíneas mexicanas a costa de ayudar a las estadounidenses, y la primera en la mira es Aeroméxico.

Veremos.

Trump y Xi: la cumbre del miedo

No podrían haber escogido mejor fecha para su primer encuentro. Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de China, Xi Jinping, se verán las caras este jueves (en la víspera de Halloween), tras meses de amenazas arancelarias, para tratar de dirimir las diferencias de fondo existentes entre ambas naciones.

El marco no podía ser más propicio: La cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se realiza en Corea del Sur. Trump llega armado con la amenaza de imponer aranceles de 100% a la nación asiática a partir del sábado próximo, mientras Xi busca frenar esa escalada que podría costarle miles de millones de dólares en exportaciones, lo que arrastraría al mundo entero a una nueva tormenta inflacionaria. Ambos países concentran en conjunto el 40% del PIB global y más del 30% del comercio mundial; cualquier choque entre ellos repercute en todos los continentes.

Lo cierto es que nadie espera una paz duradera, si acaso, un acuerdo marco que lleve a suspender los aranceles a cambio de nuevas compras agrícolas chinas y cierta apertura en el comercio de los minerales críticos o tierras raras. En ese sector China controla hasta el 70% de procesamiento mundial de materiales que son vitales para la industria tecnológica norteamericana.

México observa a la distancia. Hoy es el principal socio comercial de Estados Unidos con un intercambio comercial anual que supera los 860 mil millones de dólares -de acuerdo al Departamento de Comercio estadounidense-, y uno de los grandes beneficiarios del nearshoring, la reconfiguración industrial que busca acercar la producción al mercado norteamericano para reducir la dependencia china.

En 2024, la Secretaría de Economía reportó inversiones extranjeras directas por 36 mil millones de dólares, de las cuales una quinta parte provino de empresas asiáticas reubicadas. Nuevo León, Guanajuato y Jalisco se han convertido en polos de atracción para plantas de autopartes, baterías y electrónicos que antes operaban en Shenzhen o Guangzhou.

El fin total de las hostilidades colocaría en un predicamento a nuestro país, toda vez que muchas empresas que contemplaban moverse a México podrían optar por quedarse en Asia, en donde los costos laborales siguen siendo más bajos y la infraestructura más robusta.

Por otra parte, si el encuentro fracasa y los aranceles del 100% se activan, recrudeciendo la guerra comercial, el impacto en los mercados sería fulminante con caídas de entre el 2% y el 3% del PIB a nivel internacional -según estimaciones del Peterson Institute for International Economics-, lo que derivaría en una menor demanda de manufactura mexicana, volatilidad en el tipo de cambio y presiones inflacionarias internas.

Paralelamente, México enfrenta un dilema geopolítico. El nuevo ciclo de competencia tecnológica –centrado en inteligencia artificial, chips y baterías- obliga a los países del T-MEC a alinearse con las restricciones estadounidenses hacia China. Esto podría limitar la colaboración de empresas mexicanas con proveedores chinos, un conflicto serio porque Pekín es el segundo socio comercial más importante de México.

La reunión Trump-Xi Jinping no es como cualquier otra. Se trata de un encuentro que puede reconformar la arquitectura económica del siglo XXI. Cualquiera que sea el resultado México saldrá afectado en mayor o menor medida. Una nueva señal de alerta que nos recuerda que nuestro país debe empezar a diversificar su mercado. Es muy cómodo venderle todo al vecino, mientras este es confiable, las cosas cambian cuando es él, unilateralmente, quien empieza a imponer las condiciones.

Lo que Taibo II quiso decir…

Tremendo escándalo en el que está inmerso Paco Ignacio Taibo II, titular del Fondo de Cultura Económica (FCE), luego de que la semana pasada, durante la mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum, señaló que un poemario “horriblemente asqueroso de malo por el hecho de ser escrito por una mujer” no merecía enviarse a una biblioteca comunitaria.

La respuesta dada en la conferencia, derivada de una pregunta en la que se cuestionaba por qué no se consideraba a más autoras para las salas dirigidas a mujeres, levantó tanto revuelo que colectivos feministas y escritoras se manifestaron al exterior del FCE para leer poemas y exigir la renuncia del servidor público.

El incidente nos hizo recordar aquellos tiempos en que Rubén Aguilar, vocero del entonces presidente Vicente Fox, hizo famosa la frase de “lo que el presidente quiso decir”, que en este caso aplica perfectamente para Taibo II, quien de una manera bastante desafortunada, descompuesta y hasta grosera, quiso referir que debía anteponerse la calidad sobre la cuota de género.

Pero peor le fue después que la presidenta Sheinbaum, al término de la intervención de su aporreado funcionario, mencionara que sí se va a hacer una colección de mujeres, lo que detractores calificaron como que la mandataria contradijo públicamente al director general del Fondo, aunque solamente haya sido una aclaración de que sí se tiene contemplado espacio para escritoras.

Posteriormente, la propia titular del Ejecutivo federal defendió al criticado escritor, al señalar que es un gran compañero, descartar que pudieran generarse cambios en la titularidad del FCE y reiterar que sí se realizará una colección especial de autoras mexicanas, además de otras latinoamericanas.

El problema está que, en este caso, aunque la polémica declaración fue forma y no fondo, si el funcionario no sale a ofrecer algo tan humilde como una disculpa, los dichos de Taibo II continuarán siendo carne de cañón para detractores del oficialismo, tan maltratado en las últimas semanas por los escándalos que han protagonizado varios de sus integrantes.

Diferencia entre pedir crédito y que lo otorguen

La gran variedad de alternativas crediticias ha disparado el número de consultas del historial crediticio, pero no necesariamente ha mejorado la eficiencia del otorgamiento del crédito. De hecho, la tasa de conversión cayó cerca de un 25% entre agosto de 2024 y mayo de 2025, lo que revela una brecha entre la intención de crédito y su concreción, según datos de Círculo de Crédito, Sociedad de Información Crediticia, mejor conocidas como burós de crédito.

Este fenómeno se explica, en parte, por el comportamiento de los nuevos usuarios. Las generaciones más jóvenes, especialmente la generación Z, muestran mayor cautela, menor fidelidad y una alta volatilidad en su relación con los productos financieros. Aunque representan el 33% de las consultas, su tasa de conversión apenas alcanza el 28.6%, lo que plantea un reto importante para los otorgantes. La clave está en entender mejor sus patrones de decisión, aprovechar la data disponible y anticipar el riesgo que presiona la rentabilidad del negocio.

Frente a este escenario, el historial crediticio se reafirma como una herramienta estratégica, sobre todo con el uso de datos alternativos provenientes de fuentes como redes sociales, comportamiento digital en el comercio electrónico y líneas de telefonía celular. El uso de modelos probabilísticos permite segmentar por niveles de riesgo y adaptar los procesos de verificación, optimizando la experiencia del usuario sin comprometer la seguridad. En un mercado donde la conveniencia supera al precio, la educación financiera se vuelve indispensable para que los consumidores adopten soluciones sostenibles y los otorgantes mantengan su competitividad.

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