Luis Fernando Rouvroy: la visión que encendió una generación

En el norte del país, donde el dinamismo empresarial y el espíritu fronterizo se mezclan con la determinación de quienes piensan en grande, surgió la historia de Luis Fernando Rouvroy: un empresario que convirtió la estrategia en estilo de vida y la preparación en su filosofía de trabajo.

El origen de una mentalidad transformadora

Rouvroy creció en Baja California, rodeado de una herencia familiar marcada por la innovación. Su bisabuelo René Rouvroy Astarloa y su abuelo Luis Fernando Rouvroy Aguilar fueron pioneros en desarrollar la fórmula de los cerillos que aún se fabrica en México. De esa chispa literal y simbólica nació una convicción: las ideas solo valen cuando prenden algo más grande que uno mismo.

Desde joven mostró una inquietud por crear. A los 13 años ya exploraba el mundo de los negocios, y con el paso del tiempo fundó Grupo CENTO, una organización con visión internacional que apostó por modelos de negocio sostenibles, innovación constante y compromiso social.

Liderazgo con propósito

Más allá de su faceta empresarial, Luis Fernando entendía que el liderazgo debía tener impacto colectivo. Su frase habitual —“La victoria ama al preparado”— no era solo una declaración, sino un método: disciplina, planeación y acción.

En el ámbito público, impulsó el desarrollo de nuevas generaciones como vicepresidente nacional de CONAJO (Consejo Nacional de Jóvenes), desde donde fomentó programas de becas, formación cívica y liderazgo juvenil. Para él, los jóvenes no eran promesa de futuro, sino la materia prima del presente.

Fundación LFR: continuar lo que comenzó

Su visión no se detuvo con su ausencia. En 2025, la Fundación LFR retomó su legado y lo tradujo en acción. Decenas de jóvenes de Baja California se han sumado a programas de becas y proyectos sociales impulsados por la organización, concebida no como un tributo, sino como una extensión natural de su pensamiento:

“Las ideas valen si se traducen en impacto. Lo demás es ego.”

Un pensamiento que sigue vigente

Rouvroy no buscó la fama ni los reflectores. Su enfoque estaba en pensar estratégicamente, actuar con propósito y construir comunidad. En una de sus últimas conversaciones afirmó:

“No importa ser recordado, importa que tu pensamiento siga sirviendo.”

Hoy, sus empresas, su fundación y quienes lo conocieron mantienen viva esa filosofía. Luis Fernando Rouvroy demostró que el futuro no se espera: se diseña con visión, método y convicción.

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