Buen Fin: la fiesta del consumo

En punto de las doce de la noche inició oficialmente la temporada de descuentos que desde hace años busca convertirse en la fiesta del consumo responsable. Nos referimos a la edición número 15 del “Buen Fin”, en donde se espera que participen 200 mil empresas, con la expectativa de superar los poco menos de 174 mil millones de pesos generados el año pasado.

Lamentablemente este “Buen Fin 2025” llega en un momento en que la economía se encuentra en una situación difícil: salarios estancados, inflación persistente en alimentos y servicios, y un entorno laboral complicado que obliga a millones de hogares a sacar el mayor jugo posible a cada peso, por lo que el entusiasmo luce discreto.

Este año la digitalización habrá de consolidar su reinado: una buena parte de los productos que realmente valen la pena se empezaron a ofertar en línea desde los primeros minutos del día, anticipándose al Black Friday estadounidense. Según estimaciones de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), el comercio electrónico podría representar cerca del 30% de las adquisiciones totales, lo que confirma una tendencia: el “Buen Fin” dejó de ser un tour por los centros comerciales para convertirse en un algoritmo que empuja ofertas a los dispositivos móviles antes del amanecer.

En muchos de los casos la ganancia no se encuentra en los descuentos sino en la posibilidad de adquirir productos con nuestras tarjetas bancarias difiriendo los pagos, amén de recibir puntos y bonificaciones que se vuelven muy atractivos para los compradores.

Ni qué decir que hay que actuar con sensatez. El crédito al consumo ha crecido más del 10% anual, de acuerdo con el Banco de México, aun cuando las tasas rondan niveles altos que comprometen ingresos futuros. La tarjeta de débito gana terreno, sobre todo entre los jóvenes, sin embargo difícilmente puede competir con las promociones que ofrece la banca.

Las Pymes, a las que en la narrativa oficial se muestran como el motor económico que mueve al país participan, pero en condiciones en extremo desiguales –sobre todo a través de marketplaces-, pagando comisiones altas, logística subordinada y márgenes estrechos. La realidad es que el gran beneficiario sigue siendo el retail corporativo; la pequeña empresa se reduce a levantar la mano, aunque no siempre aumente sus ventas.

Dadas las condiciones de la economía este año el “Buen Fin” podría dejar al descubierto la estrechez de las familias. Si el consumidor compra menos pero de mayor valor –como apuntan analistas de la AMVO-, será señal de cautela no de bonanza.

La recomendación es simple: comparar precios, desconfiar de los grandes descuentos y, sobre todo, no hipotecar el futuro por una pantalla más grande o un celular como el del vecino. A veces la verdadera ganancia está en no comprar.

Los datos y el crédito: una relación que define el futuro financiero

Durante temporadas de alto consumo, como el Buen Fin o las compras en línea, el crédito formal se consolida como medio de pago principal: el 49% de los consumidores utiliza tarjeta de crédito, según datos de la Asociación Mexicana de Ventas On Line (AMVO). Los expertos de Círculo de Crédito, Sociedad de Información Crediticia con más de dos décadas de experiencia, esta tendencia es una señal positiva, pero también un llamado a la responsabilidad, pues contar con un historial crediticio sano y evaluar la capacidad de pago antes de adquirir nuevas obligaciones es clave para evitar el sobreendeudamiento.

Sin embargo, el proceso de asignación de crédito en México aún enfrenta desafíos. Muchos otorgantes continúan basándose en fórmulas tradicionales que no reflejan completamente la realidad financiera de los solicitantes. En respuesta, Círculo de Crédito desarrolló Loan Amount Estimator (LAE), un modelo que combina información crediticia tradicional con datos alternativos, permitiendo mayor precisión en la evaluación de riesgo y resultados medibles en cumplimiento, crecimiento de portafolios y optimización de márgenes.

Con este tipo de herramientas, Círculo de Crédito impulsa un nuevo estándar de transparencia, eficiencia y confianza en la asignación del crédito, fortaleciendo así el ecosistema financiero mexicano. En un futuro donde los datos definen la estabilidad y las oportunidades económicas, la precisión y la responsabilidad en su uso se convierten en los cimientos del progreso financiero.

Miss Universo: el tortuoso camino de Fátima Bosch

Cuando la tabasqueña Fátima Bosch decidió contender para buscar la corona de Miss Universo 2025, seguramente nunca cruzó por su cabeza que enfrentaría tantos obstáculos y que en su camino se presentarían situaciones tan bochornosas como controversiales.

Primero, Bosch tuvo que enfrentar descalificaciones por parte de sus propias compañeras, quienes inclusive abandonaron el escenario cuando fue elegida representante de México para el certamen de belleza internacional, además de que fue objeto de abucheos y señalamientos, a los cuales la joven decidió no hacer caso y seguir adelante.

Después, al llegar al certamen mundial tuvo un enfrentamiento verbal con el director del concurso en Tailandia, el empresario Nawat Itsaragrisil, quien enfrente de las compañeras de Bosch se mostró hostil, insultó a nuestra compatriota e incluso llamó a la seguridad del evento después de lo ocurrido. Sin embargo, la mexicana no se amilanó y enfrentó al tailandés, con el apoyo de varias de sus compañeras.

Días después, Martha Cristiana, ex directora de Miss Universo México, dio a conocer públicamente la detención en Bangkok de integrantes de la organización mexicana del certamen, entre ellos su actual director, Jorge Figueroa, quien supuestamente estaría relacionado con apuestas ilegales.

Por si eso no fuera suficiente, la joven Michelle Domínguez, Miss Quintana Roo 2025, acusó en redes sociales a Figueroa de ejercer violencia psicológica, discriminación e insultos en su contra durante el evento en nuestro país. Incluso, Domínguez aseguró que él, junto con otras personas, irrumpieron de madrugada en su habitación para hurgar entre sus pertenencias.

Pero, aunque Fátima Bosch no ha cabalgado en caballo de hacienda para buscar la corona de Miss Universo 2025, las situaciones que se le han puesto enfrente, que han resultado por demás polémicas, además de que han sido muy mediáticas, en vez de resultar contraproducentes hasta podrían ser benéficas para catapultar a la tabasqueña para hacerse de la corona del certamen el próximo 21 de noviembre. Solo nos resta esperar, el tiempo nos lo dirá.

¿Cuánto vale el agua?

En 2021, el valor de uso total del agua dulce a nivel mundial, que abarca tanto los usos directos como indirectos, se estimó en 58 billones de dólares, lo que representa el 60% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, de acuerdo a información del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).

De acuerdo al mismo organismo en su artículo “¿Cuánto vale un vaso de agua? Cómo puede la innovación financiera impulsar la resiliencia hídrica global”, la agricultura ocupa aproximadamente el 70% del uso mundial de agua dulce, y alrededor del 40% del agua tratada se pierde por fugas; las mujeres y las niñas dedican conjuntamente 200 millones de horas al día a recoger este recurso, y las familias que viven en asentamientos informales pagan hasta 10 veces más por litro que las que disponen de conexiones de agua corriente.

 De ahí la importancia de mejorar las prácticas de riego, eficiencia y gestión del agua para salvaguardar la seguridad alimentaria e hídrica, además de generar importantes ahorros económicos y del recurso. Sin embargo, los modelos de financiamiento actuales son fragmentados e insuficientes. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y las Naciones Unidas, solo el 3.1% de la ayuda oficial al desarrollo total en todo el mundo —aproximadamente 8500 millones de dólares— se destinó al abastecimiento de agua y saneamiento en 2022. El sector privado tiene una participación de menos del 2% de la inversión total en el sector hídrico.

El Foro concluye que, reconocer el valor de uso total del agua es el primer paso para superar las barreras a la inversión. Cuando se comprenda la importancia económica, social y ambiental del agua, los sistemas de financiamiento deberán evolucionar para reflejar ese valor multidimensional. Es por ello que financiar el agua no es solo construir infraestructura, es invertir en resiliencia, equidad y prosperidad a largo plazo. Así, el WEF recomienda incorporar este principio en las estrategias de inversión significa movilizar capital mixto y flexible, integrarlo con los fondos climáticos, alinear los incentivos, desarrollar la capacidad institucional y garantizar la equidad.

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