La persecución de migrantes y la popularidad de Trump
La radicalidad en la política migratoria aplicada por la administración del presidente Donald Trump cada vez genera más descontento entre diversos sectores de la población estadounidense, incluidos quienes le dieron su voto en las pasadas elecciones presidenciales.
Además de las protestas generadas en diversas ciudades “santuario”, como es el caso de Los Ángeles, Chicago y Nueva York, hay otras poblaciones de la unión americana donde hay un menor número de migrantes latinos, como Charlotte, Omaha, Spokane o Raleigh, donde ciudadanos de ese país se han organizado para proteger a personas indocumentadas ante las redadas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Poco a poco empieza a verse en esas localidades como los propios vecinos se han coordinado, con diferentes tipos de chiflidos, para dar el “pitazo” para alertar sobre la llegada de los agentes federales, o inclusive cuando ya se encuentran haciendo detenciones.
En otras comunidades, incluso hay letreros donde se señala que dichos elementos policiales no son bienvenidos, además de que algunas brigadas dan acompañamiento a hijos de inmigrantes para ir al colegio o para adquirir productos en supermercados ante el temor a salir a las calles.
El punto que cada vez genera mayor enojo es que el asunto migratorio empieza a quedar en segundo plano, ya que incluso ciudadanos estadounidenses han sido molestados por los integrantes de ICE, únicamente por su aspecto físico, de ascendencia latina. Ya han sido varios los casos de personas legalmente establecidas que han sido detenidas por lo que pareciera un tema racial.
Diversas encuestas han señalado que, aunque mucha de la población que votó por el actual presidente estadounidense estaba a favor de las deportaciones masivas, no concuerda con los métodos tan violentos que son aplicados para expulsar del país a miles de personas de un modo tan cruel en que familias completas son separadas.
El caso es que demás de la migración, otros rubros como la economía y el caso Epstein, comienzan a generar estragos en la popularidad del mandatario norteamericano, lo que ha hecho dudar a algunos de los habitantes que dieron su apoyo al republicano. Habría que ver qué tanto afectan dichas inconformidades en el siguiente proceso electoral en que el Partido Demócrata pudiera regresar al poder si es que las políticas extremas de Donald Trump continúan causando malestar en los Estados Unidos.
Bloqueos carreteros: entre el diálogo a secas y la descalificación
Los bloqueos de los últimos días empiezan a dejar de ser un síntoma para revelar una profunda fractura entre el gobierno federal y sectores productivos que se sienten abandonados. Transportistas –encabezados por la ANTAC–, y organizaciones campesinas se lanzaron a las carreteras exigiendo una seguridad que el Estado no les ha podido garantizar y apoyos al campo.
Al margen de que detrás de las movilizaciones se encuentre algún partido político –de lo que no se ha exhibido prueba alguna–, es innegable, de acuerdo a cifras de la propia Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y de el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que cada 47 minutos hay un asalto en carreteras federales, casi 16 mil robos al transporte en 2024 y precios agrícolas que no llegan a cubrir los costos básicos.
Ciertamente la protesta no representa a todo el gremio. Cámaras de transporte, como el órgano empresarial CANACAR, se deslindaron del “paro” y lo calificaron como una medida extrema. El sector está dividido lo que, si bien no le resta legitimidad, sí revela que el orden de prioridades no es el mismo para todo el gremio.
La presidenta Claudia Sheinbaum tuvo que salir a enmendarle la plana a su secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, quien el mismo lunes salió a descalificar las movilizaciones y señalar que varios de sus líderes tienen carpetas abiertas desde hace años. El remedio podría salir peor que el mal; Sheinbaum vinculó las manifestaciones a la aprobación de la Ley de Aguas y de paso sugirió que se trata de particulares quienes se manifiestan para mantener “privilegios”.
Una vieja historia que se ha venido repitiendo durante esta nueva etapa de la República: cuando las protestas son útiles a la 4T, son manifestaciones del pueblo; cuando incomodan, son “manipulaciones o “presiones indebidas”.
Es aquí en donde surge una tremenda contradicción. El actual gobierno llegó al poder enarbolando causas populares, marchas masivas, bloqueos simbólicos y hasta plantones en Paseo de la Reforma que se prolongaron por semanas enteras. Apeló al derecho de protesta como herramienta legítima de transformación. Hoy, desde el poder, acusa de “politización” a quienes utilizan la misma estrategia que alguna vez defendió ¿En qué momento un bloqueo pasó de ser “resistencia civil” a ser “golpeteo político”? ¿Cuándo dejó de ser una expresión válida del pueblo?
La respuesta es obvia: cuando dejó de convenir. Esa selectividad está empezando a erosionar la confianza pública, y dudar del voto que le otorgaron al partido oficial muchos sectores que esperaban un cambio que no fuera solo cosmético.
En su conferencia matutina, la presidenta argumentó que hay un diálogo abierto, que hay una mesa de trabajo en todos los temas. Lo que no dijo es que un diálogo sin resultados es como el ruido blanco, un zumbido cuya función principal es enmascarar otros sonidos.
Mientras la autoridad siga privilegiando el discurso sobre la acción, seguiremos atrapados entre dos extremos y eso a nadie le conviene. La percepción de abandono alimenta la protesta más que cualquier consigna política.
La solución es resolver, esa es la única puerta de salida…
Adelgazando Pemex
El pasado lunes fue día de caos vial en la Zona Metropolitana del Valle de México. Mientras los transportistas cerraron los accesos a la capital del país, frente a la Torre de Pemex, avenida Marina Nacional fue bloqueada en ambos sentidos por empleados de la paraestatal que exigen un aumento salarial de 4.5%.
Se trata de personal integrante de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros (UNTyPP) que exige el incremento igual al otorgado al sindicato petrolero en octubre, además de que pare el recorte de plazas contemplado en el Plan Estratégico de Fortalecimiento de Pemex 2025-2035, el cual fue presentado en agosto pasado.
El citado plan de trece puntos, tiene como objetivo elevar ingresos, reducir gastos y mejorar el perfil financiero de Pemex, es decir, todo lo que no tiene la empresa. Uno de sus puntos contempla la reducción del gasto administrativo, particularmente en la disminución del gasto en servicios personales y gasto corriente, austeridad republicana, compactación de área, reestructura organizacional y eliminación de redundancias. Todo ello pasa necesariamente por reducción de personal.
Y ahí es donde el hilo se rompe por lo más delgado, y no hay manera de que fuera por el personal sindicalizado -el cual es parte del problema de Pemex-, sino por las plazas de confianza, alrededor de 3 mil, muchas de las cuales son de personal técnico y profesionista, algunos representados por la UNTyPP, organización que ha buscado lograr prestaciones a sus agremiados como la jubilación a los 55 años de edad con 30 años de servicio, un sueño guajiro que ha quedado guardado por el momento, ante la prioridad, primero, de que no los corran, y segundo, de que a los que queden, les aumenten el sueldo.
La ruta de la eficiencia de Pemex tiene que pasar por su adelgazamiento, donde muchos, sindicalizados y de confianza, directivos no se diga, han encontrado en la compañía su pozo de petróleo particular. En algún momento por ejemplo, habrá que contemplar las medidas para reducir el costo y la fuga de dinero que representa el sindicato petrolero, con dirigentes históricamente multimillonarios a costa de la paraestatal.
Finanzas con perspectiva de género
El avance de la inclusión financiera con perspectiva de género en México refleja una transformación profunda en la manera en que las mujeres interactúan con el sistema crediticio. Hoy, más del 60% de los créditos otorgados están en manos femeninas, lo que confirma su papel dominante en la economía formal. Este comportamiento no solo evidencia confianza en los productos financieros, sino también una creciente autonomía en la toma de decisiones económicas.
Las generaciones X y Millennial lideran la actividad crediticia y las consultas, consolidando una tendencia hacia la digitalización y el uso de herramientas financieras. Sin embargo, este progreso convive con retos estructurales como la brecha salarial que persiste, y en sectores informales o rurales el acceso al crédito sigue siendo limitado. A ello se le suma la violencia económica, que restringe la capacidad de acción mediante la retención de ingresos o la manipulación de recursos.
Los expertos de Círculo de Crédito, Sociedad de Información Crediticia, subraya que la independencia económica es esencial para reducir la vulnerabilidad femenina y cerrar las brechas que frenan su empoderamiento. La educación financiera se convierte en un pilar estratégico para garantizar que más mujeres logren su autonomía y construyan un historial crediticio sólido, una condición indispensable para acceder a mejores y más oportunidades.
Los datos recientes del también llamado buró de crédito confirman que existe una alta tasa de retención al corriente, superior al 90%, lo que demuestra un comportamiento responsable en el pago de créditos. No obstante, se observa un ligero aumento en la tasa de empeoramiento, especialmente entre generaciones jóvenes, lo que plantea la necesidad de reforzar programas de educación financiera y seguimiento personalizado para evitar que el deterioro crediticio derive en exclusión.
La inclusión financiera con enfoque de género no es solo una cuestión de equidad; es un motor para el desarrollo económico y social del país. Impulsar productos crediticios responsables, prevenir el sobreendeudamiento y acompañar a las mujeres desde etapas tempranas en su formación financiera son acciones clave para consolidar un ecosistema más justo y sostenible. El desafío está en convertir la participación dominante en una verdadera libertad económica que elimine barreras y potencie el liderazgo femenino en todos los ámbitos.
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